El magnate de los chips Robert Tsao dona $100 millones para la seguridad mientras las maniobras militares del EPL inician su segundo día
Las fuerzas armadas chinas enviaron aviones y buques de guerra para poner a prueba las defensas de Taiwán por segundo día, lo cual ha agravado la crisis y motivó a uno de los hombres más ricos de la isla a donar millones de dólares para su seguridad.
El Ministerio de Defensa de Taiwán declaró el viernes que múltiples grupos de aviones de guerra y buques de guerra chinos habían estado operando en la zona del estrecho de Taiwán hasta las 11 de la mañana, incluso en el lado taiwanés de la línea divisoria, una partición no oficial del estrecho que Estados Unidos trazó hace décadas para reducir el riesgo de conflicto.
Robert Tsao, fundador del fabricante de semiconductores United Microelectronics Corp., anunció que iba a donar $3.000 millones taiwaneses ($100 millones) para la defensa de Taiwán.
"Con el Partido Comunista chino actuando de forma tan despótica hacia Taiwán, ¿piensan que todos los taiwaneses temen la muerte y codician el dinero?", señaló en una encendida rueda de prensa. "Pero espero ... que nos levantemos y luchemos para defender la libertad, la democracia y los derechos humanos".
Tsao declaró anteriormente a los medios de comunicación taiwaneses que sus dos hijos regresarán al país si China invade. Sus últimos comentarios fueron los más contundentes de parte de un magnate prominente del sector de equipos tecnológicos de Taiwán desde que comenzaron los ejercicios militares de esta semana.
La semana pasada, Mark Liu, presidente de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., el principal fabricante de chips de alta gama del mundo, declaró a la CNN que "nadie puede controlar a TSMC por la fuerza".
Los juegos bélicos con munición real sin precedentes de China, que han provocado la mayor crisis en el estrecho desde la década de 1990, comenzaron esta semana para castigar a Taiwán por la visita que realizó la oradora de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, al país.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China indicó el viernes por la tarde que impondría sanciones contra Pelosi y los miembros de su familia inmediata.
"La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, insistió en ir a Taiwán sin atender las serias preocupaciones y la firme oposición de China. Esto viola gravemente el principio de 'Una sola China'", aseguró el ministerio, sin especificar el alcance de las sanciones.
En la última escala de su gira por cinco países, Pelosi se reunió con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, quien dijo que no aprobaba de los lanzamientos de misiles de China y solicitó poner un alto inmediato a las maniobras militares.
Pelosi indicó en una rueda de prensa que, si bien la visita a Taiwán no pretendía cambiar el la situación actual, tuvo lugar contra un contexto de repetidos intentos por parte de China por aislar a Taiwán del resto del mundo.
Pelosi y Kishida hablaron horas después de que China disparara por primera vez misiles balísticos contra la zona económica exclusiva de Japón.
Los medios de comunicación oficiales chinos, por su parte, trataron de conseguir apoyo para las maniobras tras el contragolpe internacional. Un artículo de opinión publicado en el periódico militar PLA Daily indicó que las maniobras tenían como objetivo la "disuasión" después de que Taiwán y EEUU conspiraran para cambiar el estatus quo del estrecho de Taiwán, un recordatorio de la insistencia de Pekín en que Washington fue el responsable último de provocar la invasión de Rusia en Ucrania en febrero.
Meng Xiangqing, profesor de la Universidad Nacional de Defensa de Pekín, afirmó que un portaaviones estadounidense, el USS Ronald Reagan, se había visto obligado a retroceder varios cientos de kilómetros después de que el Ejército Popular de Liberación instalara un polígono de tiro al este de Taiwán.
El viaje de Pelosi por Asia también ha puesto de relieve el dilema diplomático de los líderes regionales que se encuentran atrapados en la disputa entre las dos mayores economías del mundo. El jueves, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, declinó reunirse con Pelosi durante su visita a Seúl, en un momento en que su gobierno está sometido a una creciente presión por parte de China debido a los vínculos comerciales y de defensa que tiene con Estados Unidos.
Los medios de comunicación y los internautas chinos aplaudieron el aparente desaire. "Al parecer, Pelosi no es bien recibida en Seúl", escribió el tabloide nacionalista chino Global Times.
William Langley en Hong Kong, Oliver Telling en Singapur y Leo Lewis en Tokio
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