Se presenta como un lugar de encuentro para puntos de vista opuestos, pero en realidad la única voz que se escucha es la del expresidente.
Demasiadas cosas se denominan con referencia a Orwell hoy en día. El pobre George Orwell, un hombre que aconsejaba a los escritores "no utilizar nunca una metáfora, un símil ni cualquier otra figura retórica que sea común en la prensa", debe estar - utilizando otro cliché aburrido - revolcándose en su tumba. Pero en Truth Social, la plataforma de redes sociales de Donald Trump que es la imitación de Twitter, es difícil evitar que la cruda ironía y el lenguaje ambiguo de la novela 1984 venga a la memoria.
"Ahora que se descubrió al FBI y al Departamento de Justicia una masiva y determinante estafa electoral, ¿van a cambiar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020? ¡Deberían!", espetó el expresidente el lunes. Lo compartió de nuevo el martes.
El expresidente fue expulsado tanto de Twitter como de Facebook tras los disturbios del 6 de enero en el Capitolio estadounidense. Ahora se ve obligado a compartir sus pensamientos y sentimientos en forma de estas "Truths (Verdades)", aunque con un límite de 500 caracteres (casi el doble de la longitud de un tuit) puede ser algo más verborreico y exclamativo.
Las "Truths", "ReTruths”" y "Quote-Truths" de Trump no aparecen en una línea de tiempo o en un hilo de noticias, sino en un "Truth Feed" sin importar si lo que él, o cualquier otro, está diciendo es realmente cierto o no.
Pero las cosas no van tan bien para la plataforma. Esta semana se supo que la entidad de adquisición especial (o SPAC) que debía fusionarse con Trump Media & Technology Group, que gestiona Truth Social, y darle una inyección de efectivo de $1.300 millones, no consiguió el respaldo financiero para una prórroga que le permita completar el acuerdo. Mientras tanto, la plataforma fue excluida de Google Play por no moderar su contenido violento, y la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos denegó a Trump su solicitud para registrar "Truth Social" como marca.
También se informó que la plataforma debe $1,6 millones a RightForge, la empresa que la aloja en redes. Truth Social se negó a confirmar o desmentir este informe, y en su lugar me informaron que "Truth Social se encuentra en una sólida base financiera" y que "cualquier afirmación que indique lo contrario es un intento malicioso y deliberado para perjudicar a sus inversionistas".
Aun así, entre "Truths" sobre la “nueva ley engañosa de infraestructura y ecología" y "la última cacería de brujas contra mí", Trump subió a la plataforma esta semana para intentar animar a la gente a comprar anuncios en ella. Estos parecen tiempos tristes y desesperados, para Trump y la plataforma.
Pasar tiempo en el sitio es una experiencia desagradable. Parece una estafa total de Twitter, pero con un presupuesto mucho más bajo y sin algunas funcionalidades básicas. Al hacer clic en una "Truth", por ejemplo, no puedes ver si ya le diste Me gusta o si ya la reenviaste, o si alguien lo ha citado. La app tampoco cuenta con capacidad de mensajería directa.
Y aunque se vende a sí misma como una plataforma sin limitaciones que da cabida a diferentes puntos de vista, parece que solo se escucha uno en la plataforma. Los mismos hashtags son tendencia frecuentemente: #DefundTheFBI, #January6th, #IAMMAGA. Puede que estemos en 2022, a solo dos meses de las elecciones intermedias que los Republicanos parecen estar ganando, pero eso no lo sabrías en Truth Social.
Trump solo sigue tres cuentas, dos de las cuales son las oficiales de Truth Social y la otra pertenece a John Daly, un golfista y amigo personal del expresidente que en su foto de perfil sale entre dos meseras de Hooters varias décadas menores que él. Trump tiene algo más de 4 millones de seguidores en la plataforma. Eso, en comparación con los casi 90 millones que tenía en Twitter. Sus "Truths" más populares producen decenas de miles de reacciones, una fracción de los 4,7 millones de "me gusta" y "compartidos" que obtuvo por su tuit de 2020 "¡Yo gané esta elección, por mucho!".
Ver la actividad de Trump el día en que se hicieron públicas las imágenes de la redada del FBI en su casa de Mar-a-Lago, se sintió como ver a alguien teniendo un colapso muy público, mientras él preguntaba lastimosamente en un momento dado: "¿Por qué la gente es tan mala?"
Durante una entrevista de radio el domingo, el exdirector de comunicaciones de Trump, Anthony Scaramucci, indicó que algo “se está comiendo" a Trump. Yo también tengo esa impresión. El Trump que se ve en Truth Social parece menos un formidable expresidente que planea enérgicamente su regreso, y más un hombre de 76 años bastante patético e infeliz, que pega gritos contra el viento.
Si se me permiten tomar prestado de nuevo a Orwell: si quieren una imagen de un futuro en base a Trump, imagina estar atrapado en Truth Social, viendo que las Truths y las ReTruths de Trump aparecen en tu Truth Feed - eternamente.
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