Investigadores informaron que identificaron un conjunto de biomarcadores que podrían facilitar el diagnóstico temprano de la enfermedad de Lyme, a través de un estudio que evaluó un grupo específico de genes que se activan a largo plazo en personas con la enfermedad.
Este es un posible primer paso para tratar de manera más efectiva a las 476 mil personas estimadas diagnosticadas y tratadas por la enfermedad transmitida por garrapatas cada año en los Estados Unidos.
En un estudio publicado en la revista Cell Reports Medicine, los investigadores secuenciaron el ARN de 152 pacientes con enfermedad de Lyme posterior al tratamiento.
Los síntomas de la afección varían, pero pueden incluir fatiga, niebla mental y dolor para quienes han recibido tratamiento con antibióticos para la enfermedad de Lyme.
Compararon los datos con el ARN secuenciado de 72 pacientes con enfermedad de Lyme aguda (síntomas anteriores, como sarpullido o parálisis facial) y 44 controles sin la infección.
Los datos mostraron diferencias en la expresión génica en personas con enfermedad de Lyme aguda y crónica. Los investigadores redujeron aún más la lista al comparar la expresión génica de las personas con Lyme con la observada en pacientes con otras enfermedades infecciosas.
Informaron que han identificado 35 biomarcadores distintivos que distinguen a las personas con cualquier tipo de enfermedad de Lyme de las que no tienen la afección.
En un comunicado de prensa los investigadores aseguraron que planean usar los biomarcadores para desarrollar una prueba de diagnóstico que podría identificar la afección en otros pacientes.
Una prueba genética sería una mejora en las pruebas actuales aprobadas por la FDA, que identifican anticuerpos que pueden tardar semanas en aparecer.
La investigación fue realizada por científicos de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York y la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
A principios de este año, varios de los investigadores de Johns Hopkins publicaron un estudio junto con científicos de la Universidad de California en San Francisco anunciando que habían desarrollado un panel de 31 biomarcadores que les permitía identificar con precisión la enfermedad de Lyme en el 95,2% de los pacientes.
La enfermedad de Lyme
Esta enfermedad es una infección bacteriana transmitida por la picadura de garrapatas. El Lyme se asocia a zonas boscosas o prados donde puedan habitar estos insectos, los cuales contienen la bacteria Borrelia burgdorferi, que usualmente vive en venados, ratones y otros mamíferos pequeños.
De no ser tratada a tiempo, la enfermedad de Lyme puede afectar el sistema nervioso, el corazón, las articulaciones y la piel, así como provocar parálisis facial y pérdida de sensibilidad en brazos y piernas, de acuerdo con los CDC.
Uno de los primeros síntomas de la enfermedad es la aparición de una erupción cutánea en forma de círculo, conocida popularmente como “ojo de buey”, además de fiebre, dolor de cabeza y fatiga.
Las autoridades recomiendan prevenir la enfermedad a través del uso de repelentes contra insectos o insecticidas como la permetrina, que sólo puede usarse sobre la ropa pero no sobre la piel.
Fuente principal de la noticia: The Washington Post.