A pesar de la variedad de datos, la Reserva Federal debe mantenerse firme en su empeño por reducir la inflación.
Opinión de la Junta Editorial del Financial Times
Los mercados financieros empezaron el año 2023 a toda velocidad. Las acciones, los bonos e incluso el bitcoin repuntaron en enero. Los mercados emergentes, rechazados durante la pandemia, también registraron grandes influjos de capitales. La percepción del bajo riesgo dependía de las expectativas de un "aterrizaje suave" en EEUU: una rápida desinflación sin recesión. Los inversionistas volvieron a la realidad el viernes, cuando EEUU publicó sólidas cifras de empleo, lo que aumenta la posibilidad de que la inflación esté más enquistada de lo esperado y de que la Reserva Federal aumente las tasas de interés durante más tiempo. Los inversionistas están desconcertados. Hasta que no surja una narrativa clara sobre la marcha de la economía, los mercados seguirán presentando oscilaciones.
En un principio, los mercados se vieron alentados por las señales de relajación de las presiones sobre los precios en EEUU: desde el verano la inflación general ha ido cayendo de sus niveles máximos y las alzas de tasas de la Reserva Federal estaban empezando a enfriar las áreas de la economía sensibles a las tasas de interés. Los inversionistas no se creyeron el discurso de la Reserva Federal de que la política monetaria tenía que hacer más esfuerzos para controlar el crecimiento de los precios. Habían dado por descontado que se fijaría una menor tasa a largo plazo y recortes más hacia finales de este año, incluso después de que la Reserva Federal subiera las tasas 25 puntos básicos la semana pasada y advirtiera de que podría haber más aumentos en el futuro.
Después de que las cifras de empleo mostraran que EEUU sumó 517.000 puestos de trabajo en enero, mucho más de lo previsto, con el desempleo en su nivel más bajo en 53 años, los mercados se acercaron a la línea de la Fed y se produjo una venta masiva. Al fin y al cabo, el sólido crecimiento del empleo indica que el mercado laboral sigue al rojo vivo, lo que mantendrá la presión sobre los precios. Pero los mercados aún están digiriendo lo que significa para las perspectivas económicas de EEUU, teniendo en cuenta un escenario de aterrizaje abrupto, uno suave e incluso uno de "no aterrizaje", que tiene implicaciones diversas para los inversionistas y su posicionamiento.
Para algunos, la narrativa del "aterrizaje suave" sigue intacta. Las sólidas cifras de empleo, junto con la ralentización del crecimiento anual de los salarios —que alcanzó su nivel más bajo en 17 meses, de 4,4 por ciento—, sugieren que podría lograrse la desinflación sin un repunte notable del desempleo. El índice de costos laborales, estrechamente correlacionado con la inflación subyacente de los servicios (un indicador que la Reserva Federal sigue de cerca), también se ha suavizado recientemente. En este escenario, la Fed no necesita subir mucho más las tasas, e incluso podría recortarlas antes de fin de año. Pero también existe el malestar de que el crecimiento del empleo y la resistencia del sector servicios puedan apuntar a un "no aterrizaje" en el que la economía no se ralentice y la inflación y las tasas de interés alcancen nuevos topes.

Otros están más atentos a un "aterrizaje brusco". De hecho, la actividad económica se está debilitando de forma más generalizada: los indicadores del sector manufacturero estadounidense sugieren que podría estar ya en recesión, mientras que los datos recientes del mercado inmobiliario y del comercio minorista muestran fragilidad. Si el crecimiento salarial no cede, la Reserva Federal podría verse obligada a elevar aún más el costo del crédito, lo que haría aún más probable una rápida desaceleración de la economía estadounidense. Sin embargo, la debilidad de la economía y la rápida repercusión de los aumentos de tasas anteriores podrían reducir más rápido el crecimiento y la inflación.
A los mercados financieros les resulta difícil calcular el precio de todos estos riesgos. Las opiniones divergentes hacen que los precios de los activos sean especialmente sensibles a los nuevos datos y a los comentarios de los responsables de la Reserva Federal. Para los inversionistas, las sorprendentes cifras de empleo ponen de manifiesto los riesgos de adoptar posiciones agresivas cuando la incertidumbre sigue siendo elevada, y de seleccionar los datos para adaptarlos a una narrativa. Dar sentido a la economía estadounidense tras las recientes sacudidas requiere cierta humildad. La Reserva Federal, por su parte, debe mantenerse firme en su objetivo de volver a situar la inflación en su nivel objetivo y garantizar la claridad de sus comunicaciones, sin perder de vista los riesgos para la estabilidad financiera a medida que los mercados oscilan y revalorizan sus posiciones. Tanto si el aterrizaje de la economía estadounidense es suave como si es abrupto, habrá muchas turbulencias en el camino.
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