El descarrilamiento de un tren de la compañía Norfolk Southern con material tóxico desató una nueva partida de ping pong entre unos y otros. Hoy, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, atribuyó parte de la culpa del incidente a la administración Trump, por retirar algunas regulaciones de seguridad ferroviaria. Pero más allá de eso, ahora mismo, a los habitantes de East Palestine, Ohio, únicamente les preocupa las secuelas que podría haber en su salud.
También hoy se cumplieron 11 días desde el accidente y el inicio de los cuestionamientos. El gobernador de Ohio, Mike DeWine, bajó la marea al asegurar que la contaminación no representa una amenaza grave para los cinco millones de personas que dependen del río para obtener agua potable. Sin embargo, son muchas las dudas que, incluso, sacaron a flote teorías conspirativas al respecto.
¿Qué se debe saber de este caso? NPR hizo un resumen cronológico:
- Tras el descarrilamiento, las autoridades pidieron a los residentes de East Palestine que evacuaran por precaución. El 6 de febrero, las cuadrillas realizaron una "liberación controlada" de los químicos peligrosos, lo que provocó una gran columna de humo negro.
- La orden de evacuación se levantó el miércoles y, desde entonces, ha habido un número creciente de informes sobre personas que experimentan una sensación de ardor en los ojos, animales que se enferman y un fuerte olor persistente en la ciudad.
- Algunos propietarios de negocios y residentes de East Palestine han presentado demandas contra Norfolk Southern, alegando que la empresa fue negligente y exigiendo que financie exámenes médicos supervisados por tribunales para enfermedades graves que pueden ser causadas por la exposición a esos productos químicos.
Pese a todo, calma. Los funcionarios locales han insistido en que el aire es seguro para respirar y el agua es segura para beber en East Palestine. La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), que ha estado monitoreando la calidad del aire, también dijo que hasta el domingo no había detectado "ningún nivel de preocupación".
- La EPA publicó una lista, descrita por Norfolk Southern, de las sustancias químicas tóxicas que se encontraban en los autos descarrilados. Además del cloruro de vinilo y el acrilato de butilo, menciona el acrilato de etilhexilo, que puede provocar dolores de cabeza, náuseas y problemas respiratorios en las personas expuestas a él; así como el isobutileno, que puede causar mareos y somnolencia.
- Otras sustancias químicas peligrosas bajo el radar son el fosgeno y el cloruro de hidrógeno, que se liberan al quemar cloruro de vinilo. La exposición al fosgeno puede causar irritación en los ojos, sequedad en la garganta, ardor y vómitos; mientras que el cloruro de hidrógeno puede irritar la piel, la nariz, los ojos y la garganta, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Fuente: NPR
