ir al contenido

Continúa la discusión, ¿es malo comerse la piel del pollo?

Las que sí están bastante claras sobre el tema son las exitosas cadenas que expenden pollo frito y asado alrededor del mundo

Según datos suministrados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO sus siglas en inglés) la carne de pollo es la más consumida en la mayoría de países del mundo. Lidera el ranking en gran parte de Estados Unidos y Oriente Medio, el sudeste asiático y gran parte de África, así como en Rusia o Australia. Se calcula que en 2021 se consumieron 133 millones de toneladas.

Solo en EEUU nueve de cada diez (92%) consumidores compran pollo con regularidad ubicando al país del norte en el tercer lugar de consumo, con 59 kilos per cápita por año, detrás de Brasil con 65 kilos y Países Bajos con 60.

"La gente está comprando más pollo que el año pasado y planean comprar más el próximo año", dijo Tom Súper, vicepresidente de Comunicaciones en el National Chicken Council.

El pollo encabeza la lista de las proteínas que se consumen con mayor frecuencia por semana. Y mientras las ventas al por menor siguen siendo fuertes, más personas están comiendo pollo fuera de casa, lo cual es una buena noticia para los productores y establecimientos de servicio de comidas y en general para la economía, según recientes cifras de la NCC.

Este increíble producto cárnico además de tener un precio asequible, es bajo en grasas y apenas tiene barreras culturales y religiosas. De hecho, la carne de pollo es una de las más consumidas por los deportistas, ya que es rica en proteínas y aporta vitaminas y minerales. Sin embargo, son muchos los que se fijan más en el sabor que en sus propiedades nutricionales. Y entre los que anteponen el gusto a los beneficios para el organismo, hay una mayoría que disfruta comiendo también la piel del pollo. Pero ¿es bueno comer la piel del pollo?

Desde hace algunos años se ha popularizado la idea de que comerla no es saludable, lo mismo que la recomendación de que debe removerse de la carne antes de su preparación o eliminarla antes de comer si el producto se compró listo y se cocinó con piel.

María Dolores Fernández Pazos, nutricionista del Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP) en Argentina, explica que la piel del pollo tiene un 32% de grasas; es decir, que cada 100 gramos de piel que consumimos, 32 gramos son aporte graso. Si consumimos el pollo con piel, estaremos aumentando el aporte calórico de cada ración en un 50%, aproximadamente.

"En el caso de personas sin antecedentes de enfermedades, con un peso adecuado para su altura, físicamente activas y una adecuada composición corporal, podemos sugerirle dejar la piel del pollo durante la cocción y retirarla antes de la ingesta, ya que la presencia de la piel durante la cocción nos ayudará a que la carne se seque menos y quede más jugosa y sabrosa", afirmó Fernández Pazos a la BBC.

Por otro lado hay profesionales que opinan que a pesar de que la piel del pollo incrementa el valor energético del producto final, puede generar ciertos beneficios para la salud. Hay que destacar que reduce el apetito. Las grasas retrasan el vaciado gástrico y provocan mayor sensación de plenitud, lo que disminuirá también la ansiedad por comer.

La carne de pollo siempre será capaz de aportar proteínas de alto valor biológico. Estos elementos son fundamentales para mantener una buena salud muscular. Contribuyen a prevenir el desarrollo de patologías complejas, como la sarcopenia, y favorecen la ganancia de masa magra cuando se realiza ejercicio de forma regular.

Por otra parte, utilizar el pollo con piel en las diferentes cocciones puede disminuir la necesidad de emplear aceite, debido a que ya existe un medio graso de por medio. Al final, el contenido en lípidos se equilibra y, si el pollo es de buena calidad, se asegurará la buena proporción de omega-3 y omega-6.

Así que la idea difundida de que comer el pollo con piel es menos saludable que hacerlo con ella, no está del todo sustentada. Dependerá, sobre todo, del método de cocción que usemos. Y por supuesto, también dependerán sus efectos del resto de alimentos que incorporemos en el plato y en la pauta dietética general.

Hay también quienes opinan que un pollo sin piel tiene poco sabor, ya que, aseguran, el sabor de este alimento lo proporciona la piel durante su preparación, además de que su consumo, afirman, a pesar de lo mínimo que pudiera afectar a la salud, vale la pena.

La controversia entre los médicos, nutriólogos y procesadores de alimentos también se torna densa. En esta polémica hay quienes afirman que la piel puede ser fuente de contaminación y que la alta cantidad y el tipo de grasas tienen un gran aporte calórico. Por otra parte, existen quienes opinan que la piel es una fuente importante de aporte de sabor, ya que ayuda a mantener más jugoso el alimento y, por ende, promueve menos pérdida de agua, además de que impide que la grasa del aceite utilizado se acumule en la carne cuando el pollo es frito.

La discusión continúa en torno a este complejo tema que involucra salud, nutrición y sabores. Las que sí están bastante claras sobre el tema son las exitosas cadenas que expenden pollo frito y asado alrededor del mundo, donde la piel es “bendita” y forma parte del menú.

Últimas Noticias