MANAGUA. Daniel Ortega, primer mandatario, y Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta, han llamado “terroristas”, “golpistas” y “delincuentes” a los presos políticos en Nicaragua.
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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, propuso reformar la Constitución Política para nombrar a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, como "copresidenta de la República". El mandatario hizo el planteamiento durante un acto oficial el pasado 9 de febrero en presencia de Murillo, tras referirse a la excarcelación y expulsión hacia Estados Unidos de 222 personas presas nicaragüenses, incluidos sacerdotes católicos.

"Aquí está la compañera Rosario Murillo, copresidenta de la República. En verdad así es: ¡Es copresidenta de la República!", enfatizó Ortega en su discurso transmitido en cadena nacional. "En la Constitución tendremos que hacer algunas reformas", anotó el mandatario sandinista.

Rosario Murillo es la esposa de Daniel Ortega y la vicepresidenta de Nicaragua desde 2017. Con este gesto, Ortega reconoció el papel clave que Murillo ha tenido en su gobierno, tanto en la toma de decisiones como en la comunicación con el pueblo.

Murillo, de 70 años, es una mujer polémica y controvertida, que ha sido acusada de violar los derechos humanos, reprimir las protestas ciudadanas, perseguir a la oposición y controlar los poderes del Estado. También ha sido señalada por su hijastra Zoilamérica Narváez de haberla abusado sexualmente cuando era niña, una denuncia que nunca prosperó en los tribunales.

Murillo se caracteriza por su vestimenta colorida y sus joyas llamativas, así como por su lenguaje metafórico y místico, lleno de referencias al amor, la paz y Dios. Es la encargada de dirigir el Consejo de Comunicación y Ciudadanía, desde donde transmite diariamente mensajes a la población a través de los medios oficialistas.

Murillo y Ortega se conocieron en los años setenta, cuando ambos militaban en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza. Desde entonces, han formado una alianza política y familiar que ha dominado Nicaragua durante décadas. 

La oposición de Nicaragua ha rechazado el nombramiento de Rosario Murillo como copresidenta, un cargo que no existe en la Constitución del país. La consideran una figura autoritaria, excéntrica y represiva, que junto con su esposo Daniel Ortega ha violado los derechos humanos y la democracia. Algunos opositores han denunciado que Murillo es la que realmente manda en Nicaragua y que Ortega es solo una fachada. Otros han sido encarcelados o exiliados por criticar al gobierno sandinista. 

Rosario Murillo no ha expresado públicamente su opinión sobre ser copresidenta, sin embargo se puede inferir que Murillo acepta y se beneficia de ese título, que refleja su creciente influencia y poder en el gobierno sandinista. La actual vicepresidenta de Nicaragua ha sido una figura clave en la toma de decisiones, la comunicación oficial y la represión de la oposición.

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