Cuando apenas llevaba unos meses en China, hace ya más de 20 años, Héctor Palacios @vallenatoenchino en instagram empezó a sentir que el reto era más grande que él. La comida, el clima, el idioma, las dificultades de todo tipo lo atacaban sin cesar, al punto que llegó a pensar que lo mejor era devolverse a su Colombia natal y empezar de cero.
Fue entonces cuando sus amigos chinos le hablaron de la famosa "paciencia china", y le dijeron que todo lo que debía hacer era esperar y esforzarse un poco más. Así lo hizo, y al final, el tiempo les dio la razón.
Seguir esos consejos le permitó construir una nueva vida, radicarse definitivamente en Xiamen, ciudad costera de la provincia suroriental de Fujian, casarse con una ciudadana local y convertirse en el representante en China de varias compañías latinoamericanas.
Desde entonces, Palacios quería agradecerles a ellos y al país pero no sabía cómo hacerlo, hasta cuando por fin encontró la clave: una canción en tiempo de vallenato, uno de los géneros más representativos del país suramericano. Pero no era un vallenato cualquiera, era una pieza completamente fuera de lo común; era un vallenato en chino.
Un dueto bilingüe y bicultural
La idea se le ocurrió hace unos tres años, cuando conoció a Soto, un acordeonista colombiano que también vive en China desde hace más de una década. Juntos decidieron formar un dueto musical y empezar a interpretar canciones populares chinas con ritmo de vallenato, pero también a escribir sus propias letras en mandarín.
La primera canción que compusieron se llama "Gracias China", y es una expresión sincera de lo que siente Palacios por el país que lo adoptó. "Es una canción muy bonita porque habla del amor por China, del respeto por su cultura, por su gente, por su historia", cuenta el cantante.
La canción fue grabada en un estudio profesional y subida a las redes sociales, donde tuvo una gran acogida. Muchos chinos se sorprendieron al escuchar una voz extranjera cantando en su idioma con un ritmo tan diferente al suyo. Algunos incluso pensaron que se trataba de un chino imitando el acento colombiano.
El inesperado éxito les ha llevado a pensar en grande. En la actualidad trabajan escribiendo las versiones en español de reconocidas canciones chinas y poniéndoles versos chinos a varias melodías colombianas, aunque advierten que el vallenato seguirá siendo el género predominante, algo que no deja de ser paradójico, teniendo en cuenta que Palacios es de Nariño, departamento (provincia) que está en el extremo suroccidental del país, Soto de Huila, no lejos de allí, y el aire musical que los juntó es una seña inequívoca de identidad de la costa caribe, en el norte.
El vallenato es alegría
"Es que el vallenato es alegría", justifica Soto, para luego agregar que tocarlo en China le produce "una sensación muy hermosa". Y prosigue: "En cuanto el acordeón empieza a sonar produce alegría, y luego, cuando los chinos se dan cuenta de que la canción está en su idioma y la pueden entender, sonríen y empiezan a seguir el ritmo con los pies, o incluso con las palmas. Es una sensación que produce gran alegría, tanto a ellos como a nosotros".
Con esta nueva fórmula de un ritmo autóctono colombiano cantado en chino y canciones chinas interpretadas en español, Palacios y Soto esperan aportar al acercamiento entre las dos culturas, el cual se ha acelerado de manera notoria desde el inicio de la década del 2000, cuando China actualizó su enfoque diplomático hacia América Latina. "Queremos que nuestra música se convierta en un link, en un punto de unión, y queremos contagiarles con nuestra alegría", explica el cantante.
En la actualidad, Palacios combina su vida familiar y laboral con presentaciones en bares y con sesiones de video con Soto para pulir detalles de la que será la segunda producción del dueto. En su caso, la realidad superó al sueño.