El caso de "Las Cuatro de Gilgo" es una de las mayores incógnitas que ha mantenido en vilo a la opinión pública durante más de una década.
En 2010, los restos de cuatro mujeres fueron encontrados en los suburbios de Long Island, Nueva York, todas ellas atadas con cinturones o cinta adhesiva y envueltas en arpillera. Desde entonces, se ha investigado intensamente para dar con el responsable de estos espeluznantes crímenes.
Recientemente, Rex Heuermann, un arquitecto neoyorquino de 59 años, fue acusado formalmente por la muerte de tres de las víctimas: Melissa Barthelemy, Megan Waterman y Amber Costello.
Heuermann también es el principal sospechoso de la desaparición y asesinato de la cuarta víctima, Maureen Brainard-Barnes, aunque aún no ha sido acusado formalmente por ese caso.
"Las cuatro de Gilgo" eran mujeres jóvenes y trabajadoras sexuales, cuyas vidas fueron truncadas de manera violenta y trágica.
Aunque ha pasado más de una década desde los asesinatos, sus familias y seres queridos siguen buscando respuestas y justicia.
El arresto de Heuermann ha sido un hito importante en el caso, pero aún queda mucho por desentrañar sobre lo que sucedió en aquellos días oscuros en Gilgo Beach.
Maureen Brainard-Barnes: la primera víctima de "Las Cuatro de Gilgo"
Maureen Brainard-Barnes, de 25 años, era una trabajadora sexual que desapareció en julio de 2007, informó la policía del condado de Suffolk.
Después de que una amiga reportara su desaparición, sus restos fueron encontrados el 13 de diciembre de 2010 cerca de Gilgo Beach, siendo considerada como la primera víctima de las "Gilgo Four".
Su hermana Melissa Cann, trató de resolver el misterio de su desaparición y dijo a CNN en 2011 que Maureen recurría a los servicios de acompañantes en su desesperación cuando se quedaba sin empleo y se enfrentaba al desalojo.
Melissa Barthelemy
Melissa Barthelemy, también trabajadora sexual, tenía 24 años cuando fue vista por última vez el 12 de julio de 2009 en el sótano de su apartamento en el Bronx.
Esa noche, Barthelemy dijo a una amiga que había quedado con un hombre y volvería por la mañana. Su madre denunció su desaparición el 18 de julio.
La familia de Barthelemy recibió entre julio y agosto de 2009 llamadas burlonas de un hombre desde su teléfono.
Steve Cohen, abogado de la madre de Barthelemy en ese momento, declaró a CNN en 2011 que el autor de la llamada les dijo que la había matado.
"¿Crees que volverás a verla?", preguntó el hombre no identificado a la hermana de Barthelemy el 26 de agosto de 2009, según Cohen. "No la verás. La maté", dijo y colgó.
En una de las llamadas, el hombre no identificado describió detalladamente lo que le había hecho sexualmente a Barthelemy.
Los restos de Barthelemy fueron los primeros restos de una mujer encontrados entre los arbustos de una zona aislada frente al mar.
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Megan Waterman
Megan Waterman, trabajadora sexual de 22 años, desapareció en junio de 2010. Su familia la vio por última vez subiendo a un autobús de Concord Trailways de Maine a Nueva York.
La policía informó que salió del Holiday Inn Express de Long Island a la 1:30 am del 6 de junio para encontrarse con un cliente.
Waterman fue dada por desaparecida en Maine el 8 de junio y su cuerpo fue encontrado el 13 de diciembre de 2010 cerca de Gilgo Beach.
La familia de Waterman recurrió en su día a la financiación de una organización de derechos humanos sin ánimo de lucro para contratar a un equipo de investigadores privados que ayudaran a buscarla.
Amber Lynn Costello
Amber Lynn Costello, de 27 años, también era trabajadora sexual. Costello vivía en Long Island, luchaba contra la adicción a la heroína y trabajaba como acompañante para ayudar a mantener su hábito.
Fue vista por última vez cuando salía de su casa el 2 de septiembre de 2010 para reunirse con un cliente. Sus restos fueron encontrados el 13 de diciembre de 2010 cerca de Gilgo Beach.
Testigos dijeron a los investigadores que el cliente con el que Waterman se reunió el día de su desaparición había estado en su casa antes, describiéndolo como un hombre blanco y corpulento con gafas de estilo ovalado, parecido a un ogro.
La descripción coincide con la de Heuermann, según la solicitud de libertad bajo fianza presentada en 2010.
Los testigos también dijeron que el hombre conducía un Chevrolet Avalanche de primera generación, una pista clave que, según los fiscales, les ayudó a dar con Heuermann.
