Soldados leales al general Augusto Pinochet detienen a partidarios y asesores del presidente Salvador Allende de Chile afuera del palacio presidencial de La Moneda durante un golpe militar contra Allende, el 11 de septiembre de 1973. Foto: The New York Times.
Soldados leales al general Augusto Pinochet detienen a partidarios y asesores del presidente Salvador Allende de Chile afuera del palacio presidencial de La Moneda durante un golpe militar contra Allende, el 11 de septiembre de 1973. Foto: The New York Times.
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Al conmemorar el cincuentenario del golpe de Pinochet en Chile, no sólo reflexionamos sobre los eventos de aquel tiempo, sino también sobre cómo se ha moldeado y compartido la narrativa histórica en las décadas subsecuentes.

Una reciente encuesta en Santiago destaca la profunda polarización que persiste y el constante desafío que supone el “discurso de los derechos humanos”. 

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Un país aún dividido

Medio siglo después, la presencia de Pinochet y Allende continúa siendo una fuente de debate y desacuerdo en Chile. Aunque ha pasado tanto tiempo, para la inmensa mayoría la herida sigue abierta, la polarización firmemente enraizada.

Gran parte de esta división puede atribuirse a cómo se ha recordado y presentado este periodo histórico: más como una arena de lucha política que como una ventana para entender y aprender de errores y aciertos.

El desafío del discurso de derechos humanos

Una respuesta en la encuesta subraya una inquietante perspectiva: "El discurso de los derechos humanos no cuenta la verdad". Esta afirmación resalta una preocupación sobre la posible manipulación de lo que debería ser un principio fundamental en cualquier sociedad.

Si bien es esencial reconocer y condenar los abusos cometidos durante la dictadura, es igualmente crucial hacerlo con una dedicación transparente a la verdad. Si variados segmentos de la población sienten que la historia se presenta de manera manipulada, esto solo conlleva a profundizar la división. 

La historia y su interpretación cambiante

La encuesta CERC-MORI de este año proporciona un vistazo intrigante a las cambiantes opiniones sobre el golpe y las secuelas que siguieron.

Es revelador cómo "los sucesos contemporáneos han matizado de manera significativa nuestra visión del pasado". En 2023, la brecha entre quienes justifican el golpe y quienes lo condenan es casi inexistente (+/- 5%). 

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Esta dicotomía se manifiesta en los cambiantes resultados de la misma encuesta realizada en las últimas dos décadas. En 2003, 46% afirmó que “nunca hay razón para dar un golpe”, un porcentaje que ascendió al 65% en 2006, descendió al 54% en 2009, llegó a un 68% en 2013 durante la conmemoración de los 30 años del evento, y sufrió una reducción de 17 puntos porcentuales en 2023. El estudio concluye que “el consenso sobre si un golpe es justificable, o no, permanece elusivo”. (Fuente: El País, España)

Un llamado a la reflexión y la reconciliación

El desafío es grande, pero Chile tiene la capacidad de superarlo. Es momento de dejar de lado las consignas políticas, de despolitizar el "discurso de los derechos humanos", y buscar la verdad.

Sólo así podremos avanzar hacia un futuro en el que la historia no sea una fuente de división, sino una herramienta para entender, aprender y construir juntos un relato común que refleje la realidad en toda su complejidad.

La esperanza es que, al enfrentar estos desafíos y al buscar activamente la reconciliación, las futuras generaciones de chilenos crezcan en un ambiente de respeto mutuo, comprensión y unidad. Es el momento de mirar, todos unidos, hacia adelante. 

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