Ken Paxton, fiscal general de Texas, fue absuelto por el Senado estatal de 16 cargos de soborno, incapacidad y abuso de cargo este sábado.
Tras 10 días de deliberaciones en la corte, el fiscal fue reinsertado inmediatamente a sus labores, poniendo fin a una suspensión que comenzó en mayo con su juicio político por parte de la Cámara estatal.
El veredicto podría impulsar el futuro político del fiscal republicano conservador en Texas y potencialmente en el escenario nacional.
Los senadores deliberaron en privado durante más de ocho horas antes de regresar a la cámara para declarar individualmente su decisión en público en un formulario y luego de forma oral.
El proceso duró aproximadamente una hora y media, y los votos de “sí” y “no” se repitieron una y otra vez. Muchos resultaron en el mismo margen de 14-16, con sólo dos republicanos alineándose con la docena de demócratas, se necesitaron 21 votos para la condena.
El juicio de Ken Paxton
El juicio político se centró en su esfuerzo por obtener 3,3 millones de dólares en fondos estatales para resolver una demanda interpuesta por altos asesores.
Algunos de esos asistentes se habían convertido en denunciantes, tan angustiados por sus interacciones con el rico desarrollador de Austin, Nate Paul, que denunciaron a su jefe al FBI. Varios testificaron para la acusación y estuvieron en la tribuna el sábado para escuchar el veredicto de los senadores.
Algunos observadores políticos dijeron que la absolución demostró que los republicanos de Texas se han unido después de la división que resultó en el juicio político de Paxton.
"Es una demostración de unidad que no habíamos visto en mucho tiempo. Tenemos el ejemplo de alguien que ha luchado con éxito contra el sistema a pesar de pruebas bastante sólidas. Será alentador para la gente", expresó Jim Henson, quien dirige el Proyecto de Política de Texas en la Universidad de Texas en Austin.
El juicio de Paxton comenzó el 5 de septiembre, menos de un año después de que el fiscal general fuera reelegido por un amplio margen para su tercer mandato, ayudado en gran parte por el respaldo del expresidente Donald Trump.
Los fiscales argumentaron que el fiscal general había entregado su poderosa oficina a Paul y que el desarrollador la estaba usando para perseguir a sus enemigos. Pero el equipo de la defensa criticó el procedimiento como una “caza de brujas política” orquestada por los rivales de Paxton. Sus partidarios conservadores amplificaron esa afirmación tanto dentro como fuera de Texas.
En los últimos días, los sustitutos y aliados de Trump presionaron a los senadores republicanos para que no impugnaran a Paxton, publicando nombres y números de teléfono de posibles votantes indecisos para el impeachment e instando a los partidarios de Paxton a llamar a sus oficinas.
Los activistas conservadores amenazaron con presentar desafíos en las primarias a quienes votaron a favor de condenar, como ya lo han hecho contra los republicanos en la Cámara.
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