La crisis en el cuidado infantil, marcada por la limitación de opciones disponibles, amenaza no solo la calidad educativa de los niños y el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar de los padres, sino que también tiene un impacto significativo en la economía en general.
Un informe publicado en junio por The Century Foundation indica que más de 70.000 programas de cuidado infantil podrían cerrar y alrededor de 3.2 millones de niños perderán sus plazas debido al fin del programa de subvención de estabilización de cuidado infantil que se producirá el 30 de septiembre.
Este programa, parte del Plan de Rescate Estadounidense de $1.9 mil millones, ha proporcionado apoyo financiero a más de 220.000 programas de cuidado infantil en todo el país.
Efecto dominó del cierre de guarderías
El cierre de estos programas de cuidado infantil no solo afectará a los padres trabajadores, sino que también puede generar un efecto dominó en la economía.
"Si los padres pierden su cuidado infantil, tendrán que reducir sus horas de trabajo o renunciar a sus trabajos por completo", declaró a NBC News Julie Kashen, directora de justicia económica para mujeres en The Century Foundation. Esto significa menos personas gastando dinero, lo que afectaría a la economía.
Además, debido a la creciente escasez de centros de cuidado infantil, algunas familias pueden tener que tomar decisiones difíciles, como que uno de los progenitores deje su trabajo para cuidar a los niños.
Esta situación puede afectar particularmente a las madres, aumentando las disparidades salariales entre hombres y mujeres y afectando sus ingresos personales y futuras prestaciones.
Según Kashen, esto podría dar lugar a una escasez de mano de obra en sectores donde predominan las mujeres, como la educación y la enfermería.
Subsidios para cuidado infantil: un debate nacional
Algunos estados, como Alaska, California, Minnesota y Nueva York, han intentado desviar millones de dólares para apoyar a los proveedores de cuidado infantil. Sin embargo, en otros estados, la crisis se está intensificando.
En Wisconsin, la legislatura controlada por el GOP votó en junio para terminar su programa de subsidios Child Care Counts.
Miembros demócratas del Congreso han propuesto proyectos de ley para expandir los subsidios federales para los proveedores de cuidado infantil y para crear centros de cuidado infantil financiados federalmente, pero administrados localmente.
Pero los republicanos han mostrado resistencia a continuar con la financiación de la era de la pandemia, que estaba destinada a ser solo un alivio temporal.
El fin de la financiación federal para las guarderías tiene implicaciones que van más allá de las familias con hijos pequeños. Afecta a la economía en general y, por ende, a todos nosotros.
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