Israel emitió el domingo una declaración formal de guerra contra Hamas y atacó Gaza, prometiendo represalias por una agresión sin precedentes del grupo yihadista que sorprendió a las fuerzas de seguridad israelíes.
El número de muertos aumentó a 700 en Israel, según los medios locales, mientras que las autoridades palestinas dijeron que al menos 413 murieron y 2.300 resultaron heridos en Gaza.
Los temores de un combate regional aumentaron después de que el grupo militante libanés Hezbollah dijera que atacó objetivos israelíes cerca de la frontera “en solidaridad” con Hamas e Israel informó que había contraatacado.
La declaración de guerra de Israel, una formalidad mayormente simbólica, permitiría al gobierno implementar una movilización más amplia de reservas militares e identificar objetivos específicos, levantando el espectro de una invasión terrestre de Gaza.
Ambas partes del conflicto reportaron el sábado que militantes de Hamas tenían como rehenes a personal militar y civiles israelíes.
El presidente Joe Biden condenó el ataque de Hamas y declaró que el apoyo de Estados Unidos a Israel es “sólido e inquebrantable”. Advirtió a otros en la región contra la ampliación del conflicto.
El ataque del sábado por parte de militantes de Hamas sigue a meses de crecientes tensiones, incluidas las incursiones israelíes en la Mezquita de al-Aqsa en Jerusalén y episodios de violencia en la bloqueada Franja de Gaza y la ocupada Cisjordania.
El ataque se produce mientras Israel enfrenta agitación interna por los planes del gobierno de extrema derecha de Netanyahu de restringir el poder de la Corte Suprema, desafiando las protestas callejeras masivas.
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