El Presidente de EEUU, Joe Biden, está en el centro de una polémica, a raíz de la investigación de un fiscal federal sobre archivos clasificados descubiertos en su residencia privada.
Estos documentos, que proceden de su mandato como vicepresidente durante la administración Obama (2009-2017), fueron descubiertos en su casa de Wilmington, Delaware, despertando el interés de la opinión pública.
El portavoz de la Casa Blanca, Ian Sams, anunció el lunes 9 de octubre que Biden se sometió voluntariamente a los interrogatorios del domingo y el lunes del fiscal especial Robert Hur.
Este hecho se produce después de que Merrick Garland, fiscal general de EEUU, encargara a Hur en enero que profundizara en el asunto tras el descubrimiento de los archivos clasificados.
“Como hemos dicho desde el principio, el presidente y la Casa Blanca están cooperando con esta investigación y estamos proporcionando información siendo lo más transparentes posibles”, expresó Sams, subrayando la dedicación de la administración a la apertura y la claridad, según reportes de la agencia de noticias EFE.
Biden ignoraba la existencia de los documentos
El presidente Biden insistió en que desconocía la existencia de estos archivos clasificados en su domicilio. Confirmó su colaboración con las autoridades competentes, citando la rápida entrega de los documentos descubiertos por parte de su equipo jurídico. Caso contrario al caso de su predecesor, el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021).
Trump, al contrario que Biden, se negó a entregar los archivos clasificados que se había llevado de la Casa Blanca al final de su presidencia. Esta negativa provocó que el FBI registrara la finca de Trump en Mar-a-Lago (Florida) para hacerse con el material. Como resultado, Trump se enfrenta ahora a cargos penales y a un posible encarcelamiento por sus acciones.
La participación voluntaria de Biden en el interrogatorio y su inmediato trabajo en equipo con los investigadores ponen de manifiesto su compromiso con la transparencia.
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