En el sur de Israel comenzó el ataque terrorista de Hamás, el sábado 7 de octubre, cuando hombres armados entraron por la frontera y atacaron a un festival de música por la paz, matando a más de 260 personas, para después acabar con los kibutz, las pequeñas comunidades agrícolas, cerca de la Franja de Gaza.
En El Tiempo Latino conversamos en exclusiva con Julio Vaqueiro, periodista de Noticias Telemundo, quien se encuentra en Tel Aviv cubriendo el conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás. “El epicentro de esta guerra se está llevando en el sur del territorio israelí, cerca de la frontera de la Franja de Gaza”.
“Lo que hemos visto es un enfrentamiento, por ahora, aéreo. Pero, con la posibilidad de que en las próximas horas, se convierta en una guerra por tierra, y esto complicaría las cosas. Por esta razón, es que Israel ha pedido la evacuación de más de 1,1 millones de personas que habitan en la Franja de Gaza”, afirmó Vaqueiro.
Explicó que la Franja de Gaza es un territorio densamente poblado, con una extensión de unos 140 kilómetros, pero con más de 2 millones de habitantes. “Hay unas 300.000 personas que no tienen techo y que perdieron su hogar desde que inició el conflicto. Estamos hablando de una situación muy complicada. La ONU ya está llamado a esto una ‘crisis humanitaria’”.
Hamás usa a su población como escudo
De acuerdo a Vaqueiro, Israel culpa a Hamás de protegerse detrás de su población civil, de usarlos como un escudo. “Realmente creo que esto es así, porque la Franja de Gaza tiene un sistema de túneles donde tienen escondidos su armamento y sus militantes se esconden ahí. Tú puedes ver una escuela en la tierra, pero debajo hay un escondite de bombas”.
¿Para dónde escapan? Es la pregunta que se hace Vaqueiro, señalando que la Franja de Gaza limita con Israel, Egipto y el Mar Mediterráneo. “A Israel no van a huir, y con Egipto también están teniendo dificultades, porque este país está diciendo que no quiere tener un problema de refugiados”.
“Los palestinos que viven en la Franja de Gaza tienen una situación muy complicada. Esa es la situación más triste de esa guerra”.
Tel Aviv parece una ciudad fantasma
Vaqueiro señaló que Tel Aviv es una ciudad donde hay muchos latinos, pero que no ha sido tan golpeada por la guerra de Israel contra Hamás. “Es una ciudad que está en silencio, que parece una ciudad fantasma. La gente está en sus casas. No hay escuela, muy poca gente está yendo a trabajar, no hay nadie, no hay tráfico”.
“La mayoría de los hogares de este país tienen un cuarto seguro, es una especie de bóveda con muros y ventanas de acero. La gente, cuando escucha la alarma de misiles, tienen aproximadamente un minuto, para meterse en sus refugios”.
El reportero explicó que en este momento nadie quiere que este conflicto cobre más fuerza dentro del Medio Oriente, que otros países se vean involucrados, haciendo referencia a una posible injerencia del grupo Hezbollah a Israel.
“Hezbollah opera en el Líbano, que sería la frontera norte de Israel, entonces estaríamos hablando de dos frentes abiertos para este país, con Hamás en el sur y Hezbollah en el norte. Una situación que complicaría mucho más el conflicto”, añadió.
Vaqueiro señaló que la gran pregunta que todavía no tiene respuesta “contundente” es si Irán participó directa o indirectamente en el ataque de Hamás a Israel el pasado sábado 7 de octubre. “El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señaló que no había evidencia de que esa afirmación sobre Irán sea cierta”.
Una guerra a través de las redes sociales
Vaqueiro habló sobre la desinformación del conflicto con imágenes y videos que circulan en las redes sociales sobre el ataque de Hamás y también la contraofensiva de Israel.
“Estamos viviendo una guerra a través de las redes sociales, muchos de los videos o imágenes que se dan a conocer no están verificadas o reales, o simplemente son falsas. Hay mucha información que siempre confunde. En una guerra como esta, cada bando está haciendo su propaganda”, aseguró.
Explicó que la labor de los periodistas y los medios de comunicación es “tratar de encontrar el centro y no dejar que lo que llegue a los hogares de los televidentes sea solamente la propaganda y la información falsa”, añadió. “No debemos compartir información que no es cierta o que no esté verificada, así evitamos que la desinformación se siga propagando”.