La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el frágil estado del sistema sanitario de Gaza a través de un comunicado el viernes 13 de octubre y alegó que se encuentra en “un punto de ruptura”.
Para los especialistas de la salud, el sistema está precariamente cerca del colapso, lo que podría provocar una catástrofe humanitaria inminente si no llegan pronto suministros médicos urgentes y combustible.
Los hospitales de Gaza funcionan actualmente con sólo unas pocas horas de electricidad al día, lo que obliga a racionar las reservas de combustible, que se agotan rápidamente.
La OMS señaló que la dura realidad de depender totalmente de generadores para mantener servicios sanitarios cruciales es un reto importante al que se enfrentan las instalaciones sanitarias de Gaza. Sin embargo, esta línea también está a punto de fallar a medida que disminuyen las reservas de combustible.

Pacientes en cuidados intensivos
Esta escasez supone una catástrofe potencial para los pacientes más vulnerables, de acuerdo con el reporte de EFE, incluidos los que necesitan cirugía, los pacientes de cuidados intensivos y los recién nacidos en incubadoras, que son los que probablemente se lleven la peor parte de esta crisis inminente.
La OMS declaró además que todos los hospitales han centrado ahora su atención en la atención de urgencia para preservar vidas. Este cambio, detallaron, interrumpe otros servicios claves como la atención obstétrica, el tratamiento de enfermedades como el cáncer y las cardiopatías y el tratamiento de infecciones comunes.
Debido a los crecientes ataques del ejército israelí, en respuesta a los ataques del grupo terrorista Hamás, el número de desplazados dentro de la franja de Gaza supera los 423.000. Esta cifra representa un aumento del 25% con respecto al año anterior, según los datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
Los últimos reportes facilitados por el Ministerio de Sanidad de Gaza a la ONU revelan que otros 317 palestinos han perdido la vida en las últimas 24 horas, lo que eleva la cifra total de muertos a 1.417.
Esta cifra no incluye a los atrapados bajo los escombros de los edificios bombardeados ni a los militantes muertos durante su incursión en territorio israelí el pasado sábado.
El número total de palestinos heridos en los continuos asaltos, que ya van por su séptimo día, asciende a 6.268. A medida que aumenta la violencia, la comunidad internacional espera ansiosamente que cese para evitar una catástrofe sanitaria cada vez mayor en Gaza.
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