orden de silencio Trump
La orden busca limitar las palabras de odio contra los jueces que trabajan en el caso contra Donald Trump en Washington D.C. Foto: (Doug Mills/The New York Times)
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La sala del tribunal de Washington D.C. emitió una orden de silencio contra Donald Trump destinada a limitar las publicaciones de discriminación y odio del republicano en las redes sociales y sus apariciones públicas. 

La jueza Tanya Chutkan señaló que esta orden pretende limitar la conducta pública de Trump y los comentarios despectivos en contra del fiscal federal, Jack Smith, y su equipo legal. 

Chutkan cree que las palabras públicos de Trump podrían poner en peligro los procedimientos del juicio, de ahí la aplicación de la orden de silencio, una decisión que provocó el rechazo de Trump y su equipo legal.

Las polémicas declaraciones públicas de Trump

La reciente campaña política de Trump en Iowa supuso su ausencia en la vista, aunque su presencia fue notoria en la sala mientras se analizaban sus pasadas declaraciones públicas. 

Este análisis incluyó sus críticas directas contra varios testigos clave en el caso, como el general retirado Mark Milley y el ex fiscal general Bill Barr.

Aunque reconoció la libertad de Trump para expresar opiniones sobre asuntos de política pública, Chutkan aclaró que no le está permitido lanzar una “difamación previa al juicio” contra quienes podrían testificar en su contra. 

En este sentido, la jueza Chutkan advirtió de “sanciones” para cualquier infracción identificada. Por el momento, aún no está clara la naturaleza de las sanciones, pero pueden ir desde limitaciones a la actividad de Trump en las redes sociales hasta una posible detención preventiva.

Otra orden de silencio para Trump

Este no es el primer caso en el que un juez intenta frenar las opiniones públicas de Trump. A principios de mes, un juez de Manhattan dictó una orden de silencio confinada en un juicio civil en curso relativo a un presunto fraude empresarial cometido por Trump y sus empresas.

Frente a esta orden de silencio, el abogado de Trump, John Lauro, criticó directamente la decisión, señalando que las acusaciones contra Trump son un indicio de un país que deriva hacia el “totalitarismo” y el “despotismo”. 

Lauro defendió los derechos de Trump en virtud de la Primera Enmienda y la admisión de que aconsejaría al republicano que se abstuviera de utilizar cierto lenguaje en sus publicaciones en las redes sociales.

La decisión de Chutkan

A lo largo del juicio, la jueza Chutkan evaluó meticulosamente la retórica reciente de Trump, segregando sus ataques en cinco grupos: los dirigidos a Washington, D.C., a los posibles miembros del jurado, a Joe Biden y su administración, a los fiscales, al tribunal y a los testigos. 

A pesar de la condición de Trump como figura política permanente, Chutkan destacó que, como acusado penal, sus derechos de la Primera Enmienda deben “ceder” cuando su discurso pueda perturbar las investigaciones en su contra. 

El abogado de Trump advirtió a Chutkan sobre la imposición de una orden de mordaza sin contemplar las posibles repercusiones. 

No obstante, Chutkan recordó que Trump, que se enfrenta a cuatro cargos por delitos graves, es un acusado penal y no tiene libertad para expresarse y actuar exactamente como desee.

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