La activista medioambiental Greta Thunberg intensificó sus protestas durante este año, situación que no pasa desapercibida por las autoridades, quienes ya la han detenido cuatro veces en distintos países siendo la más reciente este 17 de octubre.
Thunberg ahora se enfrenta a problemas legales en el Reino Unido. Fue detenida el martes a la salida del Foro de Inteligencia Energética y acusada de desorden público.
La Policía Metropolitana informó el miércoles que la activista sueca de 20 años era una de las 26 personas acusadas de causar disturbios tras reunirse frente al lujoso Hotel Inter Continental durante una cumbre petrolera.
La joven, a la que Donald Trump le aconsejó en 2019 manejar la ira y relajarse tras ser nombrada persona del año por la revista Time, esta vez coreó junto a una docena de personas “fuera dinero aceitoso” mientras intentaron bloquear el acceso al hotel.
Greta Thunberg está libre a medias
La policía la llevó a la comisaría y la liberaron el martes en la noche, pero no salió ilesa: fue acusada de violar una sección de la Ley de Orden Público que permite a la policía imponer límites a las reuniones públicas.
Tampoco quedó libre como Frozen: tiene libertad bajo fianza hasta una audiencia el 15 de noviembre en el Tribunal de Magistrados de Westminster en Londres.
La conferencia, que Greta intentó detener, seguirá hasta el jueves y cuenta con oradores de peso como los directores ejecutivos de Shell, Aramco de Arabia Saudita y Equinor de Noruega, y el ministro de seguridad energética del Reino Unido.
Estos manifestantes culpan a las empresas de combustibles fósiles de ralentizar deliberadamente la transición energética mundial hacia las energías renovables para obtener más beneficios.
También alzan su voz contra la aprobación del gobierno británico de perforar en busca de petróleo en el Mar del Norte, frente a la costa escocesa.
El cuarto arresto de Greta en lo que va de 2023
Thunberg, fundadora del movimiento estudiantil Youth For Climate, fue arrestada por primera vez en enero de 2019 en Alemania.
En enero 2023 volvió a ser apresada en Alemania por liderar una manifestación contra la expansión de una mina de carbón en Lutzerath.
El 1 de marzo fue detenida por manifestar a favor de los derechos indígenas en Oslo, Noruega.
Tres meses después, el 19 de junio, la apresaron por bloquear una vía de acceso en un puerto petrolero en Malmo, Suecia.
Al mes siguiente se enfrentó a una sanción de un tribunal sueco por haber desafiado las órdenes de la policía durante una protesta ecologista.
Dura como una roca y con más convicción que nunca, la joven reconoció en junio los hechos del caso, pero se negó culpable, argumentando que su lucha contra el sector de los combustibles fósiles es una forma de autodefensa contra la inminente amenaza global que supone el cambio climático.
La sentencia del tribunal la desanimó: apenas unas horas después de la decisión, Thunberg y sus compañeros volvieron a la terminal petrolera alemana para hacer otro bloqueo y fueron desalojados del lugar por la policía.
Conociendo a Greta Thunberg, puede que esta vez rete a la justicia inglesa y vuelva a protestar sin temor de que dos o más policías que la doblen en tamaño la desalojen del sitio en el que esté reclamando.