El 30 de octubre, en Seúl, las Fuerzas Aéreas de Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron un importante ejercicio conjunto de defensa aérea. El ejercicio, en el que participan más de 130 aeronaves de ambas naciones, está diseñado para mejorar las capacidades defensivas conjuntas frente a posibles amenazas norcoreanas.
Este ejercicio a gran escala, denominado Vigilant Defense 24, se desarrollará en la primera semana de noviembre, según reportes de medios internacionales.
En él participan cazas furtivos surcoreanos F-35A, aviones cisterna Airbus KC-330 y aviones de alerta temprana E-737, según un comunicado oficial de las Fuerzas Aéreas de Corea del Sur.
Aviones de combate
El ejercicio conjunto de defensa aérea también incluye el despliegue de aviones de combate estadounidenses, con modelos como el F-35A, el F-35B y el FA-18. Además, un avión cisterna de las Fuerzas Aéreas Australianas también forma parte del ejercicio, según el mismo comunicado.
A lo largo de Vigilant Defense 24, que se desarrollará ininterrumpidamente hasta el 3 de noviembre, las fuerzas aliadas llevarán a cabo ejercicios de interceptación aérea y operaciones de apoyo aéreo. El objetivo es mejorar la interoperabilidad de los aviones de combate de última generación de ambas naciones.
Las Fuerzas Aéreas estadounidenses declararon que la naturaleza de Vigilant Defense 24 es “defensivo”. El ejercicio no está diseñado para incitar a Corea del Norte, que a menudo interpreta tales actividades militares como prácticas para una posible invasión, aclaró.
El ejercicio conjunto de defensa aérea de 2022 provocó la respuesta de Corea del Norte. Pyongyang lanzó más de veinte misiles de diversos tipos en un solo día, marcando un nuevo récord para el régimen de Kim Jong-un.
El actual ejercicio pretende reforzar la defensa de los aliados contra este tipo de reacciones.
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