Jacob Chansley, conocido como “QAnon Shaman” por irrumpir en el Capitolio el 6 de enero, presentó este lunes la documentación para postularse como candidato para el 8º Distrito del Congreso de Arizona.
Este escaño quedó libre después de que la congresista Debbie Lesko, republicana de Arizona, declarara que no se presentaría a la reelección.
Chansley es recordado entre los alborotadores del Capitolio por aparecer sin camisa con la cara pintada, usando un tocado peludo con cuernos, cargado con un megáfono y una bandera estadounidense amarrada a una lanza.
Se declaró culpable de un delito de obstrucción a un procedimiento oficial, un cargo que se derivó de su participación activa el 6 de enero. En 2021, un juez federal le condenó a 41 meses de prisión, y los fiscales le calificaron de “cara pública de los disturbios en el Capitolio”.
Sus actividades en el edificio estuvieron lejos de ser sutiles; formó parte de la oleada inicial de alborotadores que invadieron, utilizando un megáfono para agitar a la multitud y exigir la presencia de los legisladores.
Los antecedentes de “QAnon Shaman“
El documento de la sentencia detalla las audaces acciones de Chansley: no sólo profirió obscenidades en la tribuna del Senado y subió al estrado, sino que ignoró las directrices de los agentes de evacuar el edificio. Además, antes de irse dejó una nota que decía “Es sólo una cuestión de tiempo. ¡La justicia viene!”
Los fiscales también destacaron la implicación de Chansley en la promoción de la teoría de la conspiración de extrema derecha, acusándole de utilizar las redes sociales para difundir “información falsa y retórica incendiaria” que instigó el ataque al Capitolio.
Tras cumplir aproximadamente 27 meses de condena, Chansley se trasladó a un centro de reinserción social de Phoenix en marzo, según informa Associated Press.
Durante una vista judicial, su abogado defensor inicial, Albert Watkins, declaró que Chansley deseaba desvincularse de la etiqueta de “QAnon Shaman”. En la vista de sentencia, Chansley expresó su remordimiento por sus acciones, que calificó de “indefendibles”.
“Me equivoqué al entrar al Capitolio. No tengo excusa. No hay excusa alguna”, le dijo al juez.