El martes, un jurado federal de Chicago emitió un veredicto demoledor a favor de los principales actores de la industria alimentaria, como Kraft y General Mills, contra los principales proveedores de huevos de EEUU.
El jurado coincidió con la acusación de que estos proveedores de huevos habían manipulado deliberadamente los precios de los huevos, sentando las bases para un juicio posterior en el que se determinará la magnitud de los daños.
El juicio protagonizado por Kraft, que duró cinco semanas, se centró en un grupo de proveedores de huevos, entre ellos el principal productor y distribuidor de huevos del país, Cal-Maine Foods, y Rose Acre, el segundo.
Los demandantes, entre los que se encontraban marcas tan conocidas como Kellogg y Nestlé, acusaron a estos gigantes avícolas de "amañar" el mercado maquinando la imposición de precios inflados de los huevos.
Cal-Maine expresó su decepción por el veredicto y prometió "impugnar enérgicamente" ante los tribunales las demandas por daños de los fabricantes de alimentos. Subrayaron que su responsabilidad no era definitiva, ya que "partes clave" de las alegaciones de los demandantes fueron desestimadas por el jurado.
También los grupos comerciales United Egg Producers y United States Egg Marketers se consideraron responsables a pesar de negar rotundamente haber cometido delito alguno.
Se plantea una demanda por daños y perjuicios
La parte demandante tiene previsto presentar sus alegaciones por daños y perjuicios en un juicio de seguimiento de dos días que comenzará el 28 de noviembre ante el mismo jurado. La cifra exacta por daños y perjuicios sigue siendo incierta, ya que el bufete de abogados de los fabricantes de alimentos, Jenner & Block, aún no ha propuesto una suma concreta.
Brandon Fox, abogado de Jenner & Block, reveló que los demandantes habían gastado "cientos de millones de dólares" en ovoproductos, y que sólo Kellogg había comprado ovoproductos por valor de decenas de millones de dólares a Rose Acre. Expresando su satisfacción por el veredicto del jurado, Fox reforzó la determinación de los demandantes de exigir responsabilidades a los demandados.
La demanda pivota sobre la afirmación de que Cal-Maine y otros acusados conspiraron para limitar la oferta de huevos, inflando así los precios. Fox, dirigiéndose al jurado, insistió: "La conspiración existió efectivamente. Ustedes conocen a los actores. Saben quiénes son los responsables. La han visto desarrollarse día tras día".
Los acusados, por su parte, mantuvieron que sus decisiones empresariales estaban dirigidas por la demanda de los consumidores y por intereses corporativos independientes. Reflexionando sobre las repercusiones del pleito, James King, abogado de la empresa familiar Rose Acre, lamentó: "El peaje que ha cobrado este caso ha sido incalculable".
A medida que se desarrolla el drama legal, los demandantes esperan que el juicio por daños y perjuicios dure unos dos días, bajo la atenta mirada del juez de distrito Steven Seeger. El caso, Kraft Foods Global Inc. contra United Egg Producers Inc, sigue sacudiendo el Distrito Norte de Illinois, insinuando que se avecina un apasionante enfrentamiento legal.
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