Una ola de indignación ha recorrido Italia, incitada por el brutal asesinato de una estudiante universitaria a manos de su ex pareja, arrojando una dura luz sobre las crecientes tasas de feminicidio de la nación. La cruda realidad ha llegado a Italia: cada tres días, una mujer es víctima de esta horrible violencia.
Giulia Cecchettin, una aspirante a licenciada en ingeniería de 22 años, fue sorprendentemente descubierta envuelta en plástico en una zanja cerca de un lago al norte de Venecia. Las numerosas puñaladas que presentaba su cuerpo dejaron a la nación en estado de shock e incredulidad.
Al parecer, el principal sospechoso, su ex novio Filippo Turetta, fue grabado por cámaras de carretera agrediéndola antes de su desaparición. Atrapado en Alemania tras una avería de su coche, Turetta espera ahora su extradición a Italia para ser interrogado por un juez de instrucción.
La supuesta negativa de Turetta a aceptar la decisión de Cecchettin de poner fin a su relación ha avivado el fuego de la indignación nacional. Se prevén protestas masivas el sábado, coincidiendo con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Estas manifestaciones subrayarán la trágica muerte de Cecchettin y la cuestión más amplia de la escalada de las tasas de feminicidio en Italia.
Cristina Gamberi, investigadora de la Universidad de Bolonia, destaca la inquietante tendencia al alza, señalando que 106 mujeres ya han perdido la vida por la violencia en Italia este año, predominantemente a manos de sus parejas o ex parejas. Sin embargo, el caso de Giulia Cecchettin ha calado hondo, en gran parte gracias a la tenacidad de su hermana, Elena.
Entrevistas a una hermana indignada
Frente a los retratos comprensivos de Turetta en los medios de comunicación, Elena Cecchettin se ha mantenido firme. A través de el Corriere del Veneto y entrevistas, acusa a Turetta de comportamiento controlador y posesivo, vinculando el asesinato de su hermana a la cuestión más amplia de la masculinidad tóxica y la normalización social de la violencia contra las mujeres.
La directiva de Elena Cecchettin es explícita: los hombres deben trabajar activamente para desmantelar la sociedad patriarcal que fomenta ese comportamiento. Ella rechaza la petición del gobierno de guardar un minuto de silencio por su hermana, abogando en su lugar por una educación sexual y emocional integral y por el aumento de la financiación de los centros antiviolencia.
Una investigación reciente del Instituto Europeo de la Igualdad de Género, con datos de 2018, sitúa a Italia en el noveno lugar de los 15 países de la UE en asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas y en el décimo lugar en feminicidios cometidos por familiares.
La respuesta del gobierno italiano
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también ha expresado su pesar por el incidente, comprometiéndose a intensificar los esfuerzos para combatir este tipo de violencia. Su partido, sin embargo, se abstuvo en la votación para ratificar un tratado internacional histórico contra la violencia hacia las mujeres a principios de este año.
Recientemente, los legisladores italianos aprobaron por unanimidad medidas para mejorar la protección de las mujeres en situación de riesgo, y el Ministro de Educación, Giuseppe Valditara, se ha comprometido a combatir la violencia de género en las escuelas.
Sin embargo, la supervisión de la iniciativa por parte de un psicólogo que niega la existencia de la violencia de género ha desatado la polémica. Silvia Menecali, miembro de D.i.Re, la Red de Mujeres contra la Violencia, lo califica de "verdaderamente chocante", subrayando las amplias reformas que se necesitan para evitar el feminicidio en Italia. Afirma que la nación debe desafiar una narrativa que justifica el feminicidio y desprecia a las supervivientes.
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