Pensilvania se dispone a imponer una ley de consentimiento escrito y verbal para realizar exámenes pélvicos, rectales y prostáticos a pacientes anestesiados.
Este avance forma parte de una oleada legislativa más amplia centrada en el consentimiento del paciente. Aunque algunos centros médicos de Pensilvania ya han prohibido los exámenes no consentidos, faltaba una decisión colectiva al respecto.
La nueva ley llena un importante vacío legislativo, poniendo freno a la práctica, antaño muy extendida, de exámenes invasivos innecesarios, sobre todo en pacientes inconscientes.
La representante Elizabeth Fiedler, una de las principales impulsoras del proyecto de ley, subrayó la importancia de una política de ámbito estatal, dados los numerosos hospitales universitarios de Pensilvania.
¿Cuando entra en vigencia la ley de consentimiento?
Con la aprobación del proyecto de ley, Pensilvania se une a los más de 21 estados que han ilegalizado los exámenes pélvicos sin consentimiento informado. La firma del estatuto por parte del gobernador Josh Shapiro el martes significa su promulgación el 19 de enero, 60 días después de la firma.
Tras incesantes esfuerzos desde 2019, el proyecto de ley fue aprobado por unanimidad tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Los legisladores prevén que esta ley reforzará la relación médico-paciente y mejorará la atención sanitaria a las mujeres. Su optimismo se basa en la tendencia histórica de que estos procedimientos afectan de forma desproporcionada a las mujeres inconscientes.
El impulso para esta legislación surgió de una residente del sur de Filadelfia que compartió una angustiosa experiencia con Fiedler: un examen no consentido mientras estaba bajo los efectos de la anestesia.
Este incidente subrayó la urgente necesidad de establecer límites claros y aplicables sobre lo que los estudiantes de medicina podían hacer con el cuerpo de un paciente durante la anestesia.
Una encuesta reciente de la revista Elle reveló que este problema distaba mucho de ser aislado. El estudio de 2019 informó de que el 92% de los estudiantes de medicina de siete de las principales facultades de medicina de EE.UU. habían realizado exámenes pélvicos a pacientes femeninas anestesiadas. Y lo que es más alarmante, aproximadamente el 61% de estos exámenes se realizaron sin consentimiento explícito.
Un largo camino
A pesar de los reveses iniciales en la comisión de sanidad de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, la propuesta acabó saliendo adelante.
Varios hospitales docentes de prestigio, como la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, aplican desde hace años protocolos de consentimiento por escrito. Estas instituciones se han comprometido a cumplir los requisitos de la nueva ley.
La nueva normativa impone una multa de 1.000 dólares a los proveedores sanitarios que infrinjan la norma sobre el consentimiento. Además, concede a los pacientes el derecho a solicitar una compensación económica externa.
Los artífices de esta legislación colaboraron con varias organizaciones de defensa de los derechos de las víctimas. Entre ellas se cuentan el Women's Law Project, la Rape, Abuse & Incest National Network y la Pennsylvania Coalition to Advance Respect.
Su objetivo era garantizar la aplicación de una política global, estableciendo una expectativa estándar para el paciente independientemente de la ubicación del hospital.
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