Susanna Gibson no se va de la política; a pesar de su revés electroral ocasionado por una controversia en redes de videos esplícitos, mantiene la posibilidad de retomar su carrera política. Hablando por primera vez desde que surgió la polémica en septiembre, Gibson compartió con The Associated Press sus posibles planes para reincorporarse al ámbito político.
Gibson reconoció la desafortunada serie de acontecimientos, pero se mantiene firme respecto a su participación en los actos explícitos en línea. Afirma que la alerta de los medios de comunicación sobre estos vídeos fue un acto delictivo. Mientras reflexiona sobre su futuro, Gibson está decidida a elevar y empoderar a otras mujeres en la política, especialmente a aquellas que puedan enfrentarse a retos similares.
Tras la aparición de los vídeos, Gibson ha sido objeto de acoso y amenazas. Se compromete a utilizar su influencia para cambiar la aceptación social de tales comportamientos, prometiendo proteger a otras mujeres de una exposición similar. A pesar de la adversidad, la determinación de Gibson se mantiene inquebrantable mientras considera su próximo movimiento.
Los vídeos explícitos tomaron desprevenidos a Gibson y a su marido, que no tenían conocimiento de su existencia hasta que los periodistas llamaron su atención sobre ellos. Creían que su livestream íntimo no sería grabado. Gibson sostiene que consentir un visionado temporal es muy diferente de consentir la creación de un registro permanente que puede compartirse o verse infinitamente.
Daniel Watkins, el abogado de Gibson, sostiene que la distribución de estos vídeos viola la ley de Virginia sobre pornografía vengativa. Este estatuto penaliza el intercambio malicioso de imágenes explícitas con la intención de coaccionar, acosar o intimidar.
Gibson argumenta que su uso de la plataforma de streaming no debería inhabilitarla para un cargo público. Afirma que las relaciones consentidas entre adultos nunca deberían ser objeto de noticias, y destaca que cuestiones más urgentes como el derecho al aborto y el control de armas merecen la atención de los medios.
Sin embargo, Ken Nunnenkamp, director ejecutivo del Partido Republicano de Virginia, mantiene una opinión opuesta. Afirma que la difusión pública de los actos explícitos fue lo que los votantes consideraron inapropiado, lo que le llevó a declarar su conducta no apta para un cargo público.
A pesar del escándalo, Gibson cosechó importantes apoyos, entre ellos el de la destacada mujer política de Virginia, L. Louise Lucas, y el de más de 2.000 nuevos donantes. Grupos que defienden el derecho al aborto y una importante organización LGBTQ+ siguieron apoyando su campaña.
Aunque reconoce su papel en el escándalo, Gibson no pide disculpas y subraya que fue una decisión tomada en el seno de su matrimonio amoroso. Defiende sus acciones, sin expresar vergüenza y afirmando que no fueron equivocadas.
Gibson fue derrotada por su rival republicano, David Owen, por un estrecho margen del 2%. Ella cree que la controversia tuvo un impacto mínimo en el resultado de las elecciones. Respecto a otra carrera política, Gibson no se compromete, pero sí a defender la privacidad y la pornografía vengativa, el aborto y los derechos LGBTQ+.
Mientras tanto, Susanna Gibson posiblemente no se va de la política, y se muestra inquebrantable en su apoyo a las candidatas, en particular a las que puedan sufrir acoso por su sexualidad. "No se puede tratar así a las mujeres y hacer que nos sentemos y nos callemos", afirmó desafiante, allanando el camino para un posible regreso a la política.
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