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Caminar puede disminuir el riesgo de diabetes tipo 2: dice estudio

El estudio, dirigido por Ahmad Jayedi, del Centro de Investigación sobre Determinantes Sociales de la Salud de la Universidad de Ciencias Médicas de Semnan

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Los individuos que caminaban a una velocidad media presentaban un riesgo un 15% menor. | Foto: Daniel Reche / Pexels.

La clave para reducir el riesgo de diabetes tipo 2 podría no ser sólo caminar, sino la velocidad a la que se hace. Ésta es la nueva perspectiva que ofrece un nuevo estudio, que destaca el importante papel de caminar a paso ligero en la disminución de las probabilidades de desarrollar esta enfermedad en casi un 40%.

El estudio, dirigido por Ahmad Jayedi, del Centro de Investigación sobre Determinantes Sociales de la Salud de la Universidad de Ciencias Médicas de Semnan, en Irán, se publicó el martes en la revista British Journal of Sports Medicine.

Mientras que investigaciones anteriores han demostrado una asociación inversa entre caminar con regularidad y el riesgo de diabetes, este estudio profundiza en el tema y revela cuál es la velocidad óptima al caminar para prevenir la diabetes.

El equipo de investigación analizó diez investigaciones realizadas entre 1999 y 2022 que exploraron la relación entre la velocidad al caminar y la incidencia de la diabetes de tipo 2 entre adultos de Estados Unidos, Reino Unido y Japón.

¿La conclusión? Un paseo tranquilo no es suficiente. Los individuos que caminaban a una velocidad media presentaban un riesgo un 15% menor, mientras que los que alcanzaban un ritmo "bastante enérgico" experimentaban una reducción del riesgo del 24% en comparación con los caminantes lentos.

Los que mantuvieron un ritmo enérgico experimentaron el beneficio más significativo: una drástica reducción del riesgo del 39%.

La relación entre caminar y la diabetes tipo 2

En términos de velocidad, una caminata lenta se midió a menos de 3 kilómetros por hora, mientras que una caminata enérgica se registró a más de 6 kilómetros por hora. Por cada kilómetro extra caminado por encima del ritmo enérgico, el riesgo de desarrollar diabetes disminuía en un 9%.

Robert Gabbay, director científico y médico de la Asociación Americana de la Diabetes, considera fascinante la capacidad del estudio para cuantificar la velocidad al caminar y su efecto sobre el riesgo de diabetes. Pero, señaló a CNN, que el estudio no prueba la relación causa-efecto.

No obstante, Gabbay sugirió que un ejercicio más vigoroso podría conducir a una mejora de la forma física, a la pérdida de peso y, en consecuencia, a una disminución del riesgo de diabetes.

Apoyando la opinión de Gabbay, Carmen Cuthbertson, profesora adjunta de educación y promoción de la salud en la Universidad de Carolina del Este, destacó el papel de la intensidad del ejercicio en la prevención de la diabetes. Para maximizar los beneficios para la salud, sugiere realizar actividades de mayor intensidad, como caminar a paso ligero.

A pesar de estos resultados persuasivos, algunos expertos aconsejan cautela antes de sacar conclusiones definitivas. Según Borja del Pozo Cruz, investigador principal de salud de la Universidad de Cádiz en España, la velocidad de la marcha podría reflejar simplemente el estado general de salud: los individuos más sanos son naturalmente más propensos a caminar más rápido. Aboga por la realización de ensayos controlados aleatorizados para confirmar los resultados del estudio.

En cuanto a los consejos públicos, Gabbay subrayó la importancia de caminar como actividad beneficiosa para la salud.

Aunque caminar a paso ligero puede ofrecer beneficios adicionales, el mensaje más crucial es motivar a la gente para que camine más.

Para aquellos deseosos de superar los límites, los rastreadores de fitness pueden ser una herramienta útil para controlar y mantener el ritmo de marcha. Alternativamente, la "prueba de conversación" de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU puede ser una medida sencilla de la intensidad del ejercicio.

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