Rusia ha confirmado un aumento de su presupuesto militar para 2024, una medida que comunica claramente su posición en la escena internacional. El presidente ruso Vladimir Putin ha aprobado planes presupuestarios que destinan aproximadamente el 30% del gasto fiscal a operaciones militares, un aumento que equivale a la cifra de 36,6 billones de rublos (376.700 millones de euros).
La aprobación oficial del plan presupuestario trienal por parte del presidente Putin anticipa un aumento del gasto que supera las previsiones y que alcanzará su punto máximo en 2024. Junto a ello, el plan proyecta también un déficit de 1,595 billones de rublos (16.400 millones de euros).
Estas cifras indican una fuerte inversión en defensa y seguridad, que se espera absorba alrededor del 40% del gasto presupuestario total en el próximo año. Esto representa un notable aumento del 70% del gasto en defensa a partir de 2023, lo que ilustra el inquebrantable compromiso de Rusia con su actual conflicto en Ucrania.
Los periodistas independientes Farida Rustamova y Maksim Tovkaylo predicen que casi el 39% del gasto federal total en 2024 se destinará a las necesidades de defensa y seguridad.
En cuanto a los ingresos, Rusia ha insinuado un ambicioso objetivo de ingresos de 35,1 billones de rublos (360.700 millones de euros) para 2024, poniendo de relieve la estrategia económica de la nación. Sin embargo, los analistas advierten de que estas previsiones optimistas podrían requerir un aumento de los impuestos a las empresas.
Curiosamente, los planes presupuestarios, que recibieron la aprobación de la Duma Estatal y del Consejo de la Federación, siguen siendo parcialmente confidenciales. Este secretismo deliberado pretende impedir el examen de las tácticas y operaciones militares de Rusia en Ucrania.
La aprobación de este presupuesto en medio de la prolongada intervención militar rusa en Ucrania lleva a Viacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal de la Federación Rusa, afirma que el presupuesto está específicamente diseñado para financiar el ejército y mitigar los efectos de las sanciones internacionales. Estas sanciones se impusieron tras el despliegue de tropas rusas en Ucrania en febrero de 2022.
Dado que una parte significativa del presupuesto ruso se canaliza hacia fines militares, algunos predicen posibles desafíos a largo plazo. Para contrarrestar los impactos internos, se están contemplando estrategias como el mantenimiento de un desempleo récord, el aumento de los salarios y la orientación del gasto social. Sin embargo, persiste la preocupación por la sostenibilidad de esta transición económica.
La ratificación de este presupuesto subraya el firme compromiso de Rusia con sus operaciones militares, incluso mientras el mundo sigue de cerca la evolución del actual conflicto de Ucrania.
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