A casi una semana de tregua, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó sobre posibles emergencias sanitarias, incluido un probable brote de hepatitis, en el territorio palestino de Gaza, desgarrado por los enfrentamientos.
A pesar de un alto el fuego temporal acordado entre Israel y el grupo Hamás y del consiguiente aumento de la ayuda humanitaria, en Gaza persisten las amenazas de brotes de enfermedades, en particular de hepatitis y otro foco de infecciones.
Enfermedades respiratorias
La actualización diaria de la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU destacó un repunte de las enfermedades respiratorias y cutáneas, la diarrea y las infestaciones de piojos en Gaza. Las deficientes condiciones sanitarias y el hacinamiento en los refugios de la ONU que albergan a casi 946.000 personas han agravado estos riesgos para la salud, según el informe.
El alto el fuego ha permitido la liberación de rehenes israelíes y de otros rehenes internacionales, así como de prisioneros palestinos. Sin embargo, la región del norte de Gaza sigue lidiando con la falta de agua potable.
Es por ello que, de acuerdo con el informe de la ONU, esta situación podría desencadenar brotes epidémicos y un aumento de los casos de deshidratación.

Ayuda humanitaria
El 29 de noviembre llegaron a esta zona de Gaza ocupada por Israel convoyes con ayuda humanitaria, incluidos suministros para dos de los pocos hospitales que funcionan: Al Ahli y As Sahaba.
Como parte del apoyo, otros dos centros sanitarios, Shifa y el Hospital Indonesio, anteriormente escenarios de ataques violentos, retomaron el funcionamiento de sus unidades de diálisis, señaló el informe. El alto el fuego también ha permitido recuperar cuerpos de entre los escombros, con aproximadamente 160 recuperados los días 27 y 28 de noviembre.
A pesar de una reducción significativa de los incidentes violentos, el informe cita casos de disparos de buques de guerra israelíes hacia el sur de Gaza, que no causaron víctimas.

Ataques
Además, han surgido acusaciones, principalmente en los primeros días del alto el fuego, de que las fuerzas israelíes han atacado a palestinos que intentaban desplazarse del sur al norte de Gaza, un movimiento prohibido por las fuerzas de ocupación.
El informe de la ONU confirmó que estos incidentes provocaron un "cierto número de víctimas", predominantemente los días 24, 25 y 26 de noviembre, sin proporcionar cifras concretas.
La organización reconoció que casi el 80% de los 1,8 millones de habitantes de Gaza son desplazados internos debido al conflicto en curso. Más de 46.000 viviendas han quedado destruidas y otras 234.000 han sufrido daños, lo que representa el 60% de la superficie residencial dentro de Gaza y pone de relieve los enormes problemas de salud e higiene que sigue enfrentando la región.
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