McDonald´s y Starbucks enfrentan boicots y revuelvo en redes por presunta relación con la guerra entre Israel-Hamás. En la era digital actual, en la que los medios sociales ejercen el poder de desencadenar movimientos globales, dos gigantes corporativos, McDonald's y Starbucks, se encuentran en el punto de mira de las protestas en línea y en la calle.
La indignación está relacionada con su percibida parcialidad a favor de Israel durante el actual conflicto de este con Hamás. Las manifestaciones, que se desarrollan desde Orem, Utah, hasta Sydney, Australia, son las representaciones reales de una vigorosa campaña en los medios sociales que apoya el revuelo a estas cadenas de comida rápida.
Internet se ha transformado en un poderoso instrumento para liderar boicots. Los datos de TikTok revelan que los hashtags "#boycottstarbucks" y "#boycottmcdonalds" han acumulado 51 millones y 10 millones de visitas respectivamente en los últimos 30 días. Esta tendencia se disparó en la esfera virtual poco después de que comenzara la disputa entre Israel y Hamás.
Tesneem, una joven palestino-canadiense que ha expresado insistentemente las tribulaciones de los habitantes de la Franja de Gaza, tropezó con la campaña de boicot en las redes sociales. La propuesta de un complot selectivo despertó la curiosidad de la chica de 23 años, lo que la impulsó a indagar en las entidades sometidas a escrutinio.
Starbucks se situó en la línea de fuego de los manifestantes después de que interpusiera una demanda contra Starbucks Workers United (SWU), un sindicato que cuenta con más de 9.000 miembros, por mostrar "Solidaridad con Palestina" en su cuenta tras un ataque de Hamás.
Esta maniobra legal, unida a las supuestas tácticas antisindicales de la empresa, despertó la oposición de la opinión pública. Sin embargo, Starbucks afirma que su demanda responde a múltiples interpretaciones erróneas de SWU que generaron confusión, incluso entre funcionarios del gobierno estadounidense.
El poder de las redes sociales impulsa boicots a McDonald's y Starbucks durante el conflicto entre Israel y Hamás
El sabotaje contra McDonald's se encendió a raíz de las afirmaciones del propietario de una franquicia israelí que prometía comidas de cortesía a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel y a los hospitales israelíes.
Al parecer, la franquicia gestiona cinco establecimientos exclusivamente para esta empresa y ha aportado más de 100.000 comidas. Sin embargo, la sede internacional de McDonald's se ha distanciado de esta iniciativa, afirmando que no financia ni respalda a ningún gobierno implicado en el conflicto de Oriente Próximo.
Los boicots en línea han incitado manifestaciones en el mundo real, con vídeos virales que muestran protestas ante los establecimientos de McDonald's en Líbano y Turquía, e incluso dentro de una sucursal de McDonald's en Melbourne (Australia).
En una línea similar, estudiantes de la Universidad Howard expresaron su postura a favor de Palestina inscribiendo mensajes con tiza en la acera frente a un establecimiento de Starbucks en Washington, D.C.
A pesar de la tormenta de las redes sociales y de las acusaciones de disminución de las ventas, apenas hay pruebas tangibles de que estos complots hayan afectado sustancialmente a los ingresos de Starbucks o McDonald's.
Ambas cadenas de comida rápida han informado de un aumento de las ventas en sus recientes declaraciones de resultados. Sin embargo, algunos partidarios del boicot consideran que se trata de una carrera de fondo, no de un sprint corto.
Uno de estos partidarios es Wyenû, un antiguo barista de Starbucks que publicó populares vídeos en TikTok demostrando cómo imitar las bebidas de Starbucks en casa, un apoyo indirecto al sabotaje. El barista afincado en Estados Unidos considera que estos boicots son un movimiento emergente más que una tendencia transitoria, lo que subraya su potencial para proliferar con el tiempo.
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