Una impactante revelación del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha puesto de manifiesto una saga profundamente perturbadora que implica la caza ilegal de aproximadamente 3.600 aves, incluidas las icónicas águilas calva y real americanas.
Los acusados, Simon Paul y Travis John Branson, están acusados de perpetrar esta caza ilegal de aves durante un periodo prolongado y de vender las partes de sus cuerpos y sus plumas en el mercado negro.
Sus cargos abarcan conspiración, violación de la Ley de Protección del Águila Calva y Dorada y tráfico ilegal.
El Departamento de Justicia citó a ambos hombres ante el tribunal en enero, tras hacer pública la acusación el miércoles.
Los cargos abarcan sobre todo la caza ilegal de aves en la reserva india de Flathead, en Montana, entre otros lugares no revelados.
La acusación retrata una imagen escalofriante del Sr. Branson jactándose de "cometer delitos graves" e iniciando "una matanza".
El documento alega que la pareja comerciaba con las aves abatidas y sus plumas a cambio de "importantes sumas de dinero", e incluso empleó el cadáver de un ciervo para atraer a sus presas.
En el escrito de acusación se esbozan 13 casos individuales de supuestas violaciones de la Ley de Protección del Águila.
Sin embargo, los fiscales se abstuvieron de comentar las otras especies de aves objetivo de los hombres o si estas especies eran raras o estaban en peligro de extinción.
Los fiscales siguieron sin comprometerse cuando se les presionó para obtener más información.
El Sr. Branson, de 48 años, es residente del estado de Washington, y el Sr. Paul, de 42, vive en un pueblo de Montana cercano a la reserva Flathead.
Los esfuerzos por solicitar comentarios de los acusados fueron en vano, y su representación legal no se especificaba en los documentos judiciales.
El águila calva, que embellece tanto la moneda como el sello nacionales, es un símbolo de Estados Unidos.
Amenazada de extinción a mediados del siglo XX debido a la caza, la pérdida de hábitat y los efectos adversos del DDT, esta majestuosa ave ha experimentado una increíble recuperación.
La prohibición del DDT, un insecticida que provoca que estas aves pongan huevos con cáscaras quebradizas, se implantó en 1972.
En 1963, el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EE.UU. informó de la existencia de tan sólo 417 parejas de águilas calvas.
Sin embargo, los esfuerzos sostenidos de conservación han propiciado un repunte de su población, lo que ha llevado a su retirada de la lista de especies en peligro de extinción.
Sin embargo, este inquietante incidente subraya las amenazas que se ciernen sobre la fauna salvaje del país y cuestiona la eficacia de las leyes vigentes destinadas a salvaguardarla.
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