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Mujeres en República Dominicana luchan contra la prohibición del aborto y el matrimonio infantil

Las mujeres enfrentan hasta 2 años de prisión por abortar; mientras que los médicos o parteras pueden estar entre 5 y 20 años en la cárcel

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Las mujeres enfrentan hasta 2 años de prisión por abortar; mientras que los médicos o parteras pueden estar entre 5 y 20 años en la cárcel. | Foto: Pexels.

La República Dominicana es una de las cuatro naciones latinoamericanas que aplican una prohibición total del aborto, con graves repercusiones para las mujeres y los profesionales sanitarios que desafían la ley.

El país, en cuya bandera destaca un símbolo bíblico, cuenta con un formidable grupo de presión de católicos y evangélicos que se resisten a dar cualquier paso hacia la despenalización del aborto.

Las mujeres enfrentan hasta 2 años de prisión por abortar; mientras que los médicos o parteras pueden estar entre 5 y 20 años en la cárcel.

La lucha por la despenalización recae ahora en el presidente Luis Abinader. Hizo la promesa de despenalizar el aborto durante su campaña para 2020, pero aún no la ha cumplido. Su posible reelección en mayo podría ser un punto de inflexión para esta causa.

Acciones contra el aborto en República Dominicana

En el distrito de Azua, en la República Dominicana, una típica mañana de sábado tuvo un nuevo propósito gracias a Marcia González.

En lugar de asistir a sus deberes habituales en la iglesia, se encontró en una escuela local impartiendo educación sexual vital.

Acérrima defensora de la educación sexual integral en la República Dominicana desde hace más de 40 años, González y su marido consideran que esta educación es esencial para el bienestar de la comunidad.

En respuesta a estos retos, González y otros activistas comunitarios han puesto en marcha "clubes juveniles" de base.

Estos clubes ofrecen a los adolescentes un espacio para aprender sobre derechos sexuales y reproductivos, autoestima, violencia de género, educación financiera y otros temas cruciales. El objetivo principal es empoderar a las futuras mujeres de la República Dominicana.

La urgencia de estos clubes juveniles es palpable. Casi el 30% de las adolescentes carecen de acceso a métodos anticonceptivos y los altos niveles de pobreza intensifican el riesgo de embarazos no deseados.

Además, las repercusiones de las estrictas leyes sobre el aborto y la insuficiente educación sexual del país van más allá de los embarazos no deseados.

Los activistas llaman la atención sobre una tendencia preocupante en la que la pobreza empuja a las madres dominicanas a casar a sus hijas jóvenes con hombres bastante mayores. La violencia de género, incluido el incesto, es alarmantemente frecuente, y el silencio y la aceptación de la sociedad oscurecen aún más el problema.

“En la clase de mi nieta de 14 años, dos de sus amigas más jóvenes ya están casadas. Muchas madres dejan la responsabilidad de sus hijos más pequeños a sus hijas mayores y, en lugar de cuidar a los niños pequeños, se escapan con un marido”, expresó González a NBC News.

Las cifras

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, 42 de cada 1.000 adolescentes de entre 15 y 19 años serán madres en 2023.

Aunque las leyes dominicanas prohíben el matrimonio infantil desde 2021, la costumbre continúa, principalmente debido a su aceptación cultural y al desconocimiento público de la ley.

Para hacer frente a estos problemas, los clubes juveniles, dirigidos por voluntarios como González, celebran sesiones semanales de dos horas para chicas de entre 13 y 17 años.

Estas sesiones se centran en el embarazo adolescente, las uniones tempranas y el feminicidio, y se adaptan a las necesidades específicas de cada región.

La Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (CONAMUCA), que apoya estos clubes juveniles, ha ampliado su misión a lo largo de los años para incluir temas como la soberanía alimentaria, la reforma agraria y los derechos sexuales y reproductivos.

Estos clubes ofrecen un entorno seguro para que las niñas expresen sus experiencias, aprendan y crezcan en confianza. González se enorgullece de afirmar que ninguna chica de su grupo se ha quedado embarazada.

Las chicas de estos clubes sueñan con ser pediatras, psicólogas, enfermeras, incluso soldados. Perciben los clubes como peldaños hacia el cumplimiento de sus ambiciones, al tiempo que se aseguran de no seguir los lamentables pasos de sus predecesoras.

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