Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal, disolvió el Parlamento y adelantó las elecciones legislativas para marzo, confirmó este lunes 15 de enero.
Las medidas responden a la turbulencia política que se registra en ese país tras la dimisión del primer ministro António Costa por acusaciones de corrupción.
Costa, ahora bajo la lupa del Tribunal Supremo de Justicia en el marco de la Operación Influencer, es sospechoso de corrupción activa y pasiva, tráfico de influencias y prevaricación en los negocios del hidrógeno verde y el litio.
A pesar de que Costa afirmó firmemente su inocencia en noviembre, dimitió, haciendo hincapié en la importancia de mantener la función del primer ministro libre de cualquier sospecha de actividad delictiva o incorrección.
La salida de Costa ha alimentado el auge de la política de extrema derecha en Portugal, contribuyendo a crear una atmósfera políticamente cargada.
Esta disolución es el segundo caso desde que el régimen del Estado Novo fue derrocado en abril de 1974, y también la segunda vez que Rebelo de Sousa recurre a una medida de este tipo.
Motivos de la disolución del Parlamento en Portugal
El presidente calificó la disolución de "decisión personal", atribuyéndola principalmente al panorama de las elecciones de 2022, centrado en el liderazgo, la candidatura, la campaña electoral y la victoria.
A raíz de una investigación de la Fiscalía sobre posibles irregularidades en proyectos de energía verde, Costa anunció su dimisión. Esta investigación instigó una serie de registros en los domicilios de los sospechosos, incluido el Palacio de São Bento, residencia oficial del primer ministro en Lisboa.
Al concluir su tercer mandato consecutivo, Costa aclaró su intención de no volver a presentarse a las elecciones, lo que significaba el final de este capítulo de su vida.
A pesar de la presunción legal de inocencia de Costa, el constitucionalista Paulo Otero sostuvo en el diario portugués PÚBLICO que dicha presunción no funciona del mismo modo políticamente.
En su opinión, "no existe en la historia constitucional portuguesa una situación de descrédito institucional tan grande".