Los miembros de la banda de rock rusa, Bi-2, famosa por sus críticas a la campaña militar de Moscú en Ucrania, se encuentran detenidos en un centro de inmigración tailandés.
Según la actualización de Facebook de la banda, la supuesta intromisión diplomática rusa provocó el fracaso del plan de fuga a Israel, a pesar de que los billetes de avión estaban listos.
Los miembros de Bi-2, que actualmente comparten celda con otros 80 detenidos, declinaron reunirse con el cónsul ruso, según afirmó Ilya Ilyin, jefe de la sección consular de la embajada rusa, en declaraciones a la agencia de prensa rusa RIA Novosti.
Mientras que un miembro de la banda, Yegor Bortnik, más conocido por su nombre artístico, Lyova, consiguió coger un vuelo a Israel, el resto de los miembros siguen bajo custodia tailandesa.
La banda, compuesta por siete miembros, se enfrentó a la detención tras un concierto en la isla turística de Phuket, acusados de carecer de permisos de trabajo adecuados. A pesar de que afirmaron respetar las leyes locales, fueron trasladados al Centro de Detención de Inmigración de Bangkok tras pagar una multa.
Según Human Rights Watch, los miembros de la banda detenidos tienen doble nacionalidad, rusa y de países como Israel y Australia. Se cree que los que sólo tienen la ciudadanía rusa son los que corren mayor riesgo.
Elaine Pearson, directora para Asia de Human Rights Watch, abogó por la pronta liberación de los miembros de la banda, subrayando el peligro potencial que les espera en Rusia debido a sus críticas abiertas al presidente ruso Vladimir Putin y a la agresión militar de Rusia en Ucrania.
El ministro tailandés de Asuntos Exteriores, Parnpree Bahiddha-Nukara, declaró que el Consejo de Seguridad Nacional está investigando el incidente, incluida la verificación de las identidades y nacionalidades de los músicos. Subrayó que los miembros de la banda no pueden ser deportados si no infringieron ninguna ley, refiriéndose a las normas internacionales.
Dmitry Gudkov, político opositor ruso autoexiliado y confidente de Bi-2, sugirió que la insistencia en detener y deportar a la banda podría proceder del Kremlin y del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. Acusó a Rusia de fabricar una "narrativa convincente" para demostrar su influencia sobre los críticos más allá de sus fronteras.
Por el contrario, el embajador de Rusia en Tailandia, Yevgeny Tomikhin, refutó la implicación de diplomáticos rusos en la detención de la banda, afirmando que tales acciones no forman parte de su conducta diplomática.
La banda, que cuenta con una considerable base de fans en YouTube y Spotify, es objeto de duras reacciones en Rusia.
Andrei Lugovoi, miembro de la cámara baja del parlamento ruso, reprendió a la banda por sus críticas a la implicación militar de Rusia en Ucrania. Insinuó de manera provocativa que los miembros de la banda deberían prepararse para una actuación menos glamurosa en una celda de la cárcel.
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