Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, se reunió este miércoles con líderes israelíes tiempo después de que Hamás presentara un plan para un nuevo alto el fuego y un acuerdo de liberación de rehenes en Gaza.
En respuesta a una propuesta elaborada conjuntamente por Estados Unidos, Israel, Qatar y Egipto, Hamás esbozó un plan de paz de tres fases y de 4 a 5 meses de duración.
Este plan de paz implica la liberación de cientos de palestinos detenidos, incluidos militantes de alto rango, a cambio de todos los rehenes, marcando así el cese del conflicto en curso.
Sin embargo, la resolución propuesta, que en la práctica empodera a Hamás y facilita la reconstrucción de su poderío militar, se ha topado con la resistencia de los dirigentes israelíes.
El presidente estadounidense, Joe Biden, reconoció que el plan es "un poco exagerado", pero ha prometido que las negociaciones continuarán.
A medida que se desencadena la fase más letal del conflicto palestino-israelí, más de 27.000 palestinos muertos, barrios demolidos y la mayoría de la población de Gaza ha sido desplazada, lo que ha llevado a una parte importante a una situación desesperada de hambre.
Los grupos militantes respaldados por Irán, cuyo principal objetivo son Estados Unidos e Israel, intensificaron sus ataques en solidaridad con los palestinos. Esta escalada incrementó la amenaza de un conflicto más amplio mientras la región se debate bajo los ataques de represalia.
Plan de Hamás
Israel sigue tambaleándose por las secuelas del ataque de Hamás del 7 de octubre, que causó numerosas víctimas mortales y secuestros. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se mantiene inflexible y promete continuar la lucha hasta la "victoria total" sobre Hamás y el rescate de todos los rehenes restantes.
En este entorno inestable, Blinken, en su quinto viaje a la región desde el inicio de la guerra, se esfuerza por facilitar las conversaciones para un alto el fuego.
También está abogando por un acuerdo global que incluya que Arabia Saudí normalice sus lazos con Israel a cambio de un plan claro y con plazos para establecer un Estado palestino.
Sin embargo, Netanyahu, que está perdiendo popularidad, expresó su oposición a la creación de un Estado palestino. Su coalición de gobierno de línea dura corre el riesgo de derrumbarse si se considera que hace concesiones excesivas.
Mientras tanto, Gaza se enfrenta a las sombrías secuelas de la guerra. Los residentes, cuyas vidas han quedado devastadas por el conflicto, anhelan un alivio.
El número de muertos palestinos ha aumentado a 27.707, según el Ministerio de Sanidad del territorio dirigido por Hamás. Las cifras del ministerio, que no distinguen entre civiles y combatientes, indican que la mayoría de las víctimas han sido mujeres y niños.
Hamás continúa su resistencia y mantiene a más de 130 rehenes. Las fuerzas israelíes sólo han conseguido rescatar a un rehén, lo que ha provocado la indignación de la opinión pública y peticiones de un acuerdo con Hamás.