La nueva saga romántica de Netflix, One Day, expone las complejidades del amor, pintando un vívido panorama de una relación que evoluciona durante dos decanas.
A diferencia de las típicas relaciones relámpagos, este romance a fuego lento presenta un profundo retrato de dos individuos imperfectos: Emma Morle) y Dexter Mayhew.
Derivada del libro de David Nicholls, One Day es una adaptación que ya apareció en la gran pantalla en 2011 con Anne Hathaway y Jim Sturgess en los papeles principales.
La narración, como sugiere el título, ofrece instantáneas anuales de un mismo día, tejiendo las experiencias compartidas de Emma y Dexter.
A lo largo de 14 episodios de media hora, la serie encapsula la agridulce exploración de la joven edad adulta, destacando momentos fugaces pero impactantes que dan forma a su relación.
La trama de One Day, en Netflix
La serie arranca en 1988, el día en que Emma y Dexter se gradúan. Sus vidas, rebosantes de un potencial ilimitado, se cruzan a través de una estrecha amistad desencadenada por una aventura de casi una noche.
A medida que pasan los años, las infinitas posibilidades que una vez tuvieron ante sí se transforman en crudas realidades.
El meteórico ascenso de Dexter como personalidad televisiva contrasta con el sueño de Emma de convertirse en una escritora reconocida. La interacción del amor y la pérdida dirige sus narrativas individuales y compartidas.
One Day se desvía de forma única de la narrativa romántica convencional, mostrando la evolución natural de una relación.
Los incómodos encuentros iniciales maduran en diálogos significativos, relegando los deseos físicos a un segundo plano.
Narra la historia de una amistad a menudo complicada por sentimientos románticos no correspondidos y recíprocos. Su viaje oscila a través de los picos y valles de la edad adulta, con victorias y reveses personales que moldean sus vidas.
El formato episódico de esta serie de Netflix, en la que cada episodio representa un día en su historia de amor.
Sin embargo, la verdadera esencia de la serie reside en la química tangible entre Mod y Woodall. Su interpretación de la turbulenta relación de Emma y Dexter traspasa la pantalla, llena de emociones crudas, caos y afecto.
