Hace dos años, el mundo observaba con ansiedad cómo las fuerzas militares rusas descendían sobre Ucrania. Volodymyr Zelenskyy, actor convertido en presidente, parecía tambalearse al borde del colapso gubernamental. Sin embargo, la animosa defensa de Ucrania en guerra frente a un adversario mucho más fuerte no sólo le dió a Zelenskyy el respeto mundial, sino que convenció a muchos gobiernos para que le proporcionaran miles de millones en ayuda financiera logrando los audaces contraataques de Ucrania en 2022 que recuperaron importantes zonas del territorio ocupado por Rusia.
En la actualidad, Ucrania se encuentra de nuevo en un aprieto. El respaldo internacional está disminuyendo y su maquinaria militar está hambrienta de suministros y municiones. La reavivada ofensiva rusa a lo largo de todo el territorio es evidente, sobre todo después de que las fortificaciones de las fuerzas rusas detuvieran el impulso de contraataque ucraniano del verano anterior.
Los últimos acontecimientos han visto cómo la estratégica ciudad de Avdiivka, en el este de Ucrania, sucumbía al control ruso. Las fuerzas rusas, sin miedo han jurado continuar su empuje hacia el oeste.
La ciudad de Chasiv Yar, a sólo 30 millas al norte de Avdiivka, se prepara ahora para recibir la peor parte del conflicto, ya que su administrador militar, Chaus, prevé que las fuerzas rusas recién liberadas de Avdiivka se infiltrarán en su ciudad, ya devastada por la guerra.

En toda Ucrania, la situación sigue siendo inestable. Han surgido informes de conflictos reavivados cerca de la aldea de Robotyne, en la región meridional de Zaporizhzhia, liberada por las tropas ucranianas el pasado agosto. Matthew Ford, profesor asociado de estudios bélicos en la Universidad Sueca de Defensa, señaló que retomar Robotyne elevaría la moral rusa, subrayando las fugaces victorias ucranianas.
En la región meridional de Kherson, el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, informó a Putin del dominio ruso sobre la aldea de Krynky. Aunque Ucrania liberó la capital regional, Kherson, a finales de 2022, el resto de la región sigue bajo control ruso. Las fuerzas rusas llevan semanas avanzando asertivamente en la región nororiental de Kharkiv.
A pesar del éxito de los contraataques que recuperaron importantes territorios en el noreste y el sur a finales de 2022, Rusia sigue ocupando aproximadamente una quinta parte del territorio ucraniano reconocido internacionalmente.
Además, la difícil situación de las fuerzas de Ucrania se ve agravada por una crítica escasez de municiones, ya que la ayuda militar se retrasa en un Congreso tambien en guerra. Las intenciones de la administración Biden de equipar a Ucrania con potentes misiles balísticos de largo alcance se ven obstaculizadas por las contínuas discordias sobre el paquete de ayuda militar de 60.000 millones de dólares en Washington.

Los cinco principales donantes de Ucrania, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, han prometido más de 200.000 millones de dólares en ayuda militar y financiera desde el inicio del conflicto, según el rastreador de ayuda del Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Sin embargo, Chaus, alcalde de Chasiv Yar, lamenta la disminución del apoyo en un momento crucial del conflicto. Cuestiona la apatía percibida en el mundo hacia la difícil situación de Ucrania, afirmando: "La guerra no ha terminado aquí; la guerra continúa y cada vez es más intensa y difícil."