La NBA impuso este domingo una multa de $100.000 a Rudy Gobert, de los Minnesota Timberwolves, por sus críticas públicas al arbitraje, una acción por parte de la liga que afirma el compromiso por mantener la profesionalidad y la integridad en este deporte.
Esta sanción llega a raíz de las acciones y comentarios de Gobert, que se refirió a que los árbitros son pagados antes de los partidos para inclinar las acciones hacia un equipo.
¿Cómo ocurrió el gesto que desencadenó la multa para Rudy Gobert?
En una intensa derrota en la prórroga ante los Cleveland Cavaliers, con un marcador final de 113-104, la frustración de Gobert llegó a un punto de ebullición. El pívot de los Timberwolves dirigió un gesto de restregarse dinero hacia el árbitro Scott Foster, insinuando una falta de integridad.
Aunque Foster no vio el acto, la árbitro Natalie Sago lo observó, concediendo una falta técnica que jugó un papel fundamental en el resultado del partido.
Joe Dumars, vicepresidente ejecutivo y jefe de operaciones de baloncesto de la NBA, anunció la multa.
Hizo hincapié en que esta acción refleja los casos anteriores de Rudy Gobert de críticas públicas perjudiciales hacia los oficiales. Además, este incidente marca la cuarta multa de este tipo de Gobert.
Declaraciones de Gobert tras el partido
A pesar de anticiparse a la multa, expresó sus opiniones sobre la dirección que está tomando el deporte. "Volveré a apretar los dientes", declaró Gobert, señalando su disposición a afrontar las consecuencias, pero también destacando su preocupación por el futuro del juego.
Micah Nori, que ejerce de entrenador de los Timberwolves en ausencia de Chris Finch, condenó la falta técnica de Gobert, especialmente por el momento en que se produjo. Gobert admitió la impulsividad de su comportamiento y reconoció el impacto negativo en su equipo.
"Fue una reacción inmadura", admitió, reflexionando sobre su incapacidad para mantener la compostura en un momento crítico.
Al imponer esta multa, la NBA envía un mensaje contundente contra las críticas públicas y el comportamiento poco profesional, reforzando los valores de integridad y respeto que son primordiales en el ámbito del baloncesto profesional.