Los líderes del Congreso y la Casa Blanca están trabajando para asegurar un acuerdo de financiación vital, mientras que el acuerdo fronterizo se ubica en el centro del debate.
Con la fecha límite del cierre de gobierno, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) está en el foco, resaltando las crecientes diferencias sobre la seguridad fronteriza en medio de la intensificación de la temporada de campaña 2024.
Un cierre de gobierno
El próximo 22 de marzo es la fecha límite para evitar un cierre de gobierno. Si no se aprueba un presupuesto, las principales agencias podrían cesar sus operaciones.
Los negociadores se encuentran en una carrera contrarreloj, pero la complejidad de garantizar la financiación del DHS está resultando ser un obstáculo importante.
A pesar de los planes iniciales de publicar el texto del proyecto de ley el domingo por la noche, fuentes internas sugieren ahora un retraso, con el martes fijado como nuevo objetivo para desvelar los detalles de la propuesta.
Los departamentos afectados por un cierre de gobierno
Hasta el viernes, tiene tiempo el Congreso para evitar un cierre de gobierno. De lo contrario, departamentos esenciales como Defensa, Seguridad Nacional y Educación podría cesar sus operaciones ante la falta de financiamiento.
El proceso legislativo se enfrenta a grandes retos de procedimiento. Las normas del Partido Republicano de la Cámara de Representantes exigen un periodo de revisión de 72 horas para cualquier texto de proyecto de ley, lo que podría prolongar el proceso legislativo hasta el fin de semana.
Además, lograr el consentimiento unánime de los 100 senadores para acelerar la votación de la legislación de financiación es una tarea de enormes proporciones, a menudo plagada de obstáculos.
Mike Johnson se enfrenta a un nuevo reto
En medio de estos obstáculos, hubo un breve acuerdo sobre una medida provisional de un año para financiar el DHS. Sin embargo, un impulso de última hora por parte de la Casa Blanca para conseguir un proyecto de ley de gastos para todo el año generó retrasos adicionales.
Este proyecto de ley de financiación no es el único reto; ultimar los presupuestos de otros departamentos clave también sigue siendo una preocupación para el Congreso y la Casa Blanca.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, que maneja una estrecha mayoría en medio de la disidencia de los conservadores de línea dura, se enfrenta a un reto formidable.
El empuje de la derecha, combinado con la dependencia de Johnson del apoyo bipartidista para anteriores paquetes de financiación, suscita preocupación por la posible inestabilidad dentro de la dirección de la Cámara Baja.