Previo al juego inaugural de la temporada de la Major League Baseball (MLB) en Seúl, Corea del Sur, fue testigo de una operación de seguridad tras una amenaza de bomba dirigida contra Shohei Ohtani, el jugador estrella de Los Angeles Dodgers.
A pesar de lo alarmante de la situación, el registro en el Gocheok Sky Dome de Seúl concluyó sin que se encontraran explosivos.
Alrededor de 150 policías de Seúl, acompañados de perros adiestrados y armados con detectores de rayos X, registraron meticulosamente el estadio. La comisaría de Guro de Seúl confirmó posteriormente la ausencia de cualquier objeto peligroso.
Origen de la amenaza
La amenaza de bomba tuvo su origen en un correo electrónico enviado al consulado surcoreano en Vancouver (Canadá). Este mensaje, escrito en inglés, procedía supuestamente de un individuo que decía ser un abogado japonés y amenazaba con detonar un explosivo durante el partido entre los Dodgers y los Padres de San Diego.
Fuentes policiales, citadas por la agencia de noticias Yonhap, creen que este remitente ya había lanzado amenazas similares el año pasado.
El mánager de los Padres, Mike Shildt, expresó su confianza en los protocolos de seguridad de la MLB, tratando el incidente como una situación desafortunada pero manejable.
El mánager de los Dodgers, Dave Roberts, también mostró confianza, centrándose en el próximo partido y confiando en las medidas de seguridad establecidas.
En el día del juego, la presencia policial fue notable, con aproximadamente 350 agentes en el sitio. Incluso durante los controles de seguridad a primera hora de la mañana, los preparativos para el partido se desarrollaron sin problemas, con el personal del campo y un grupo de K-pop realizando sus ensayos.