Filadelfia se encuentra en una crisis de violencia juvenil con armas de fuego. Este año, 30 jóvenes han recibido disparos en la ciudad. Los especialistas identifican la dinámica familiar como un factor significativo que contribuye a este problema, reseñó Philly Trib.
Hasta el viernes, 30 jóvenes menores de 19 años habían recibido disparos este año en Filadelfia. Cuatro de ellos murieron y eran afroamericanos.
"Creemos que algunas cosas están relacionadas con grupos vecinales que parecen ir y venir", dijo el comisionado de policía Kevin Bethel.
“Al principio algunos tiroteos se desarrollaron de forma dispersa. Esos dos tiroteos en realidad tuvieron lugar con dos días de diferencia”, dijo, refiriéndose al tiroteo en Northeast High y a un tiroteo el 4 de marzo que mató a un joven de 17 años e hirió a otras cuatro personas en el área de Ogontz. "Creemos que están conectados, pero no tenemos el motivo exacto de por qué esos adolescentes fueron objetivos".
Los debates sobre la violencia armada suelen girar en torno a la política, la aplicación de la ley y las iniciativas comunitarias. Sin embargo, los crecientes incidentes en Filadelfia revelan una cuestión compleja que se entrelaza con las relaciones familiares. Esta visión suscita una conversación más amplia sobre la influencia del entorno familiar y la orientación de los padres en la formación de los destinos de los jóvenes de la ciudad.
A través de conversaciones con especialistas, surge un consenso: combatir la violencia armada significa enfrentarse a sus causas fundamentales, centrándose en reparar y fortificar las conexiones familiares. Los programas que fomentan el compromiso positivo de los padres, la capacidad de resolución de conflictos y el respaldo emocional se consideran vitales para luchar contra este desafío creciente.