En un momento importante para la asociación militar entre Estados Unidos e Israel, la administración Biden está a punto de conseguir un acuerdo histórico de $18.000 millones de para suministrar a Israel hasta 50 cazas F-15 de última generación.
Esta transacción, a punto de convertirse en la venta militar exterior más importante de Estados Unidos a Israel hasta la fecha, surge en medio de un intenso debate sobre reforzar las alianzas militares y atender la crisis humanitaria en Gaza.
EEUU mantiene su compromiso con Israel
La administración Biden no solo venderá los aviones de caza a Israel, sino también 30 misiles de aire-aire avanzados de alcance medio AIM-120 y algunos kits de municiones conjuntas de ataque directo, según reseña Politico, citando a un asistente del Congreso.
Esta venta reafirma el compromiso del presidente Biden con Israel, que continúa la guerra contra el grupo Hamás en Gaza.
Mientras la administración se prepara para informar oficialmente al Congreso sobre este acuerdo, ya han saltado varias reacciones entre los legisladores.
Debate entre los legisladores demócratas
El debate aumenta entre los demócratas, con una facción que presiona para que se recalibre la ayuda militar a Israel. Abogan por una estrategia que dé prioridad a la ayuda humanitaria y a la salvaguarda de los civiles en Gaza.
Pero, el proceso de notificación inicial provocó el apoyo de figuras influyentes como el senador James Risch y el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, lo que acerca la venta al examen formal del Congreso.
No obstante, la resistencia prevista de destacados demócratas como el senador Ben Cardin y el representante Greg Meeks podría presentar obstáculos para la aprobación final del acuerdo.
Lo que puede pasar
Este procedimiento legislativo, que ofrece al Congreso un plazo de 30 días para bloquear la venta mediante una resolución de desaprobación, nunca ha desembocado en la paralización de una transacción de armas.
Sin embargo, la oposición y las crecientes preocupaciones entre los demócratas muestran un debate más amplio en el ámbito de la política exterior estadounidense sobre las ramificaciones éticas de realizar ventas de armas durante conflictos armados.
Además, el acuerdo genera preocupación entre algunos legisladores por el alcance más amplio de las actividades de intercambio de inteligencia entre Estados Unidos e Israel, que se han intensificado tras el asalto de Hamás del 7 de octubre.
Lo más destacado: los jets F-15, que se construirán desde cero, no reforzarán inmediatamente el arsenal de Israel, ya que se prevé que su entrega se prolongue durante al menos cinco años.