En un fuerte avance de su estrategia espacial y de defensa, Corea del Sur logró poner en órbita con éxito su segundo satélite espía militar este domingo por la tarde.
Este acontecimiento marca un momento crucial en la actual carrera espacial contra Corea del Norte, ya que ambos países persiguen enérgicamente la expansión de sus capacidades de vigilancia basadas en el espacio.
Lanzado desde el Kennedy Space Center de Florida, el viaje del satélite surcoreano al espacio representa la destreza de la nación en tecnología espacial y defensa.
Movimiento para reforzar la vigilancia de Corea del Sur
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur calificó el lanzamiento como un paso crucial para reforzar las capacidades de vigilancia independiente del país.
El portavoz Jeon Ha Gyu destacó que este logro refuerza significativamente la capacidad de "cadena de muerte" de Corea del Sur, esencial para los ataques preventivos con misiles.
El lanzamiento de este satélite forma parte del ambicioso plan de Corea del Sur, en colaboración con SpaceX, de poner en órbita cinco satélites espía para 2025.
El compromiso de Corea del Sur con SpaceX subraya su enfoque estratégico de utilizar servicios de lanzamiento de vanguardia para mejorar su postura económica y de seguridad.
Por el contrario, Corea del Norte también se muestra activa en su empeño por establecer una red de inteligencia basada en el espacio.
Vigilancia del satélite de Corea del Norte
A pesar de los contratiempos de dos lanzamientos fallidos a principios de este año, Corea del Norte consiguió poner en órbita su satélite espía Malligyong-1 el pasado noviembre.
Las autoridades norcoreanas afirman que el satélite ya captó imágenes críticas, incluidos lugares estratégicos como la Casa Blanca y el Pentágono. Sin embargo, estas afirmaciones son recibidas con escepticismo por los expertos mundiales, que cuestionan la capacidad operativa del satélite.
Las ambiciones espaciales de Corea del Norte, encabezadas por Pak Kyong Su y el líder Kim Jong Un, pretenden desplegar más satélites de reconocimiento.
Estas ambiciones, sin embargo, contravienen las sanciones de Naciones Unidas que prohíben a Corea del Norte el lanzamiento de satélites debido a su potencial doble uso en la tecnología de misiles de largo alcance.
Los últimos acontecimientos intensificaron la vigilancia militar en toda la península coreana. Estados Unidos y Corea del Sur incrementaron sus maniobras militares en respuesta a las pruebas de misiles de Corea del Norte, que pretenden ampliar su arsenal.