Una de las razones por las que los dientes de la mayoría de las personas se mueven después de los brackets se debe al efecto de “memoria”
La genética es la causa más frecuente de los dientes torcidos. Los genes dentales que pueden conducir a la “malocclusión" a menudo provienen de nuestros progenitores.
En algunos casos, los dientes apiñados pueden estar relacionados con el tamaño de la boca ya que una pequeña tiene mayor probabilidad de tener dientes apiñados por la falta de espacio.
Los maxilares mal alineados también pueden provocar que los dientes superiores o inferiores se extiendan más allá de los demás provocando sobremordidas.
Consecuencia de chupar dedo
Chuparse el dedo puede parecer inofensivo durante la infancia, pero con el tiempo puede provocar que el niño desarrolle dientes torcidos.
Existen otros hábitos, normalmente inconscientes, que pueden contribuir a una desalineación continua de la mandíbula y al apiñamiento de los dientes. Estos hábitos conocidos como miofuncionales son la respiración oral y la deglución atípica, entre otros.
¿Qué tratamiento utilizar al presentar dientes torcidos?
El tratamiento ideal para tratar los dientes torcidos es la ortodoncia, el cual se puede comenzar a cualquier edad. Aun así, existe un momento más recomendable para comenzar el tratamiento.
Si se comienza a una edad temprana, se puede garantizar un mejor resultado, aunque existe un detalle importantísimo que hay que tomar en cuenta al momento de decidir colocarse los llamados “brackets”. En términos odontológicos la “memoria” de los dientes consiste en su capacidad de volver a su posición original de antes de la ortodoncia.
Por ello es imprescindible que al finalizar el tratamiento de ortodoncia se sigan las indicaciones del dentista para no perder los resultados logrados.
Para los que han pasado por un tratamiento de ortodoncia existen pocos días más felices que cuando te quitan los “brackets" o acabas con los alineadores de la ortodoncia invisible. Para muchos todo acaba ahí, una vez sus dientes se han alineado y disfrutan de una sonrisa estupenda, ¡pero no!
Después de la ortodoncia
Si queremos conservar los logros debemos seguir con los retenedores, unos aparatos (fijos o removibles) que ayudan a fijar mejor la posición de los dientes tras finalizar con la ortodoncia.
Existen dos tipos: los fijos y los móviles. El primero consiste en un fino hilo de metal colocado en la cara interior de los dientes para que no se vea. Los extraíbles son unas férulas transparentes que se deben llevar durante unas horas, generalmente por la noche, para fijar bien la posición y evitar movimientos.
Una de las razones por las que los dientes de la mayoría de las personas se mueven después de los brackets se debe al efecto de «memoria» de las fibras elásticas que rodean los dientes. Esto es especialmente cierto si los dientes originales se rotaron o desplazaron mucho. Por eso decimos que los dientes tienen memoria.
Otra razón por la que los dientes se mueven después de los “brackets" son los cambios continuos que experimenta nuestro cuerpo a medida que envejecemos.
Al igual que el color de nuestro cabello y la tez de nuestra piel que cambia con el tiempo, también lo harán las estructuras faciales y dentales. La cara y las mandíbulas continúan cambiando de forma tan sutil y tan discreta con el tiempo, que es prácticamente imperceptible, pero puede manifestarse a través del movimiento de los dientes.