Hay claras razones para temer la escalada de un conflicto bélico hasta la escala nuclear, después de todo, podría significar un daño irreparable en el planeta. Kim Jong Un, el líder supremo de Corea del Norte lo sabe. Por eso, en una clara señal de advertencia a sus enemigos, ordenó que se realizara una simulación a gran escala de un contraataque nuclear.
El ejercicio, que incluyó el lanzamiento de misiles balísticos de corto alcance, tenía como objetivo demostrar la "fiabilidad, superioridad y poderío" del arsenal nuclear del país. Algo cuanto menos, retador.
En particular, es claro que intenta demostrar capacidades ante su país vecino, Corea del Sur. En otra medida, es una señal contra Estados Unidos y quien se oponga a sus los ideales aislacionistas que caracterizan al sistema de ese país.
En cuanto a los detalles del ejercicio armamentístico, se sabe que lanzaron al menos tres misiles al Mal del Este. Luego, los mediso de comunicación públicos y de propaganda celebraron esto como un éxito absoluto.
La pregunta central es ¿Exageran sus capacidades? ¿o en realidad se han convertido en verdaderos expertos balísticos valiéndose de armas nucleares?
La preocupación del resto del mundo se centra en la precisión y efectividad que pueden estar desarrollando los norcoreanos.
Corea del sur continuará lógicamente fortaleciendo sus defensas aereas, pero es un tema que puede analizarse en varias escalas espaciales. El primer afectado es el país que comparte fronteras, pero otros países cercanos, como japón, también se preocupan por la seguridad regional.
Por el momento Estados Unidos no emitió ningún comunicado oficial al respecto. Este evento es otra base que justifica la importancia de dialogar sobre la desnuclearización de Corea del Norte. Independientemente de las intenciones de Corea del Norte, esta simulación deja claro que el país sigue siendo una amenaza para la paz.
