Caroline Celico, la exesposa del célebre astro del fútbol brasileño Kaká, desveló la causa de su separación. A pesar de lo que parecía una relación ideal, Celico se sintió abrumada por la "perfección" de Kaká, lo que provocó su divorcio.
Kaká, famoso por sus notables habilidades futbolísticas y su carácter bondadoso, se casó con su novia de la infancia, Caroline Celico, en 2005.
El matrimonio de la pareja duró diez años y tuvieron dos hijos juntos. A pesar de la perfecta fachada exterior, Celico confesó sentirse insatisfecha.
"Kaká nunca me traicionó, siempre me trató bien, me dio una familia maravillosa... Pero nunca me sentí plenamente realizada como mujer. Sentí que no estaba logrando alcanzar el nivel de Kaká como persona. Kaká era demasiado perfecto para mí", reveló Celico en una entrevista a The Sun.
Explorando más a fondo sus emociones, Celico explicó: "El problema era su excesiva perfección". Esta revelación ofrece una mirada poco común al funcionamiento interno de una relación que, aunque aparentemente perfecta para los espectadores, se debatía entre conflictos internos.
Tras su separación en 2015, Celico, una conocida socialité brasileña, emprendió un crecimiento personal. Inicialmente siguió a Kaká en su iglesia, convirtiéndose en pastora evangélica, pero abandonó el cargo en 2010.
Su compromiso de ayudar a los demás continuó cuando fundó Amor Horizontal, una organización benéfica que ayuda a las ONG brasileñas proporcionándoles alimentos, productos de higiene, materiales de construcción y recursos educativos.
Nuevas parejas
Celico se embarcó en un nuevo capítulo en 2021 cuando se casó con Eduardo Scarpa Julião. La pareja espera actualmente su primer hijo. Kaká, por su parte, encontró la felicidad con Carolina Dias, iniciando su relación en 2017.
La ilustre carrera de Kaká incluye haber ganado la Copa del Mundo con Brasil en 2002 y haber conseguido múltiples títulos con el AC Milan y el Real Madrid.
Sus logros, como el título de Jugador Mundial de la FIFA y el Balón de Oro en 2007, subrayan una carrera definida por la excelencia y la exigencia, cualidades que, paradójicamente, desempeñaron un papel en el final de su relación.