Los Angeles Dodgers crearon un momento histórico esta temporada de la MLB al completar este lunes un partido sin que un solo jugador fuera ponchado por primera vez desde agosto de 2006.
Este significativo acontecimiento tuvo lugar durante su cómoda victoria por 8-4 contra los Diamondbacks de Arizona.
En esta memorable noche, los Dodgers dieron un paso al frente, realizando 44 apariciones en el plato. Sorprendentemente, durante estas apariciones, ni un solo jugador de los Dodgers salió por la vía ponche (strikeout).
Calidad de bateo de los Dodgers
Este despliegue de habilidad no se veía en el equipo desde hace casi dos décadas. El mánager Dave Roberts elogió al equipo por su excepcional actuación. “Dieciocho años, hemos visto muchos juegos de béisbol desde que eso sucedió. Simplemente creo que hay que darles a los jugadores todo el crédito por competir contra los lanzamientos y luchar para hacer avanzar la pelota”, dijo Roberts.
Los Dodgers mostraron aún más su brillantez estratégica con estrellas como Mookie Betts, Shohei Ohtani y Freddie Freeman desafiando agresivamente a los lanzadores de los Diamondbacks. Hicieron un contacto temprano y efectivo con la pelota, comandando el ritmo del partido desde el principio.
Nada que hacer para los lanzadores del equipo contrario
Los lanzadores de los Diamondbacks, entre ellos Tommy Henry, Andrew Saalfrank y Scott McGough, pasaron apuros durante todo el partido, no sólo sin lograr ningún strikeout sino también concediendo ocho bases por bolas.
Tommy Henry, en el bando perdedor por Arizona, reconoció la dureza de la línea de bateo de los Dodgers. "Sentí que hubo muchos contactos temprano. Cualquier cosa en la zona de strike, en principio, lo estaban atacando y son buenos bateadores. Nos estaban conectando con propiedad", admitió Henry.
Teoscar Hernández, otro jugador destacado de los Dodgers, logró un doblete crucial que ayudó a sentenciar el partido, ejemplificando la eficaz estrategia de juego que llevó a los Dodgers a la victoria.
Este partido no sólo añadió otra victoria al impresionante récord de la temporada de los Dodgers, sino que también marcó su extraordinaria capacidad para combinar el talento individual con el esfuerzo colectivo del equipo.