Un nuevo estudio del Centro de Investigación Pew revela que un número creciente de estadounidenses considera ahora a China como un enemigo, alcanzando los niveles más altos de los últimos cinco años.
Más del 40% de los adultos estadounidenses ven a China como un enemigo, frente a sólo el 25% hace dos años.
La encuesta, realizada entre el 1 y el 7 de abril a partir de una muestra de 3.600 adultos estadounidenses, subraya un cambio significativo en la opinión pública estadounidense en medio de la escalada de los conflictos geopolíticos y los desafíos económicos.
Además, mientras que la mitad de los estadounidenses encuestados ven a China como un competidor, sólo una pequeña parte, aproximadamente el 6%, la considera un socio.
Estas percepciones aparecen mientras la actual administración estadounidense, bajo la presidencia de Joe Biden, navega por unas complejas relaciones diplomáticas con Pekín.
¿Por qué estadounidenses creen que China es un enemigo?
Esta desafiante postura internacional implica abordar cuestiones delicadas como Taiwán, los abusos de los derechos humanos y las actuales tensiones geopolíticas que implican a Rusia y Ucrania.
La participación de funcionarios estadounidenses de alto nivel, como el secretario de Estado Antony Blinken y la secretaria del Tesoro Janet Yellen, en reuniones con dirigentes chinos, refleja una gestión cuidadosa de esta relación competitiva.
A pesar de estos compromisos diplomáticos, existe un notable discurso político interno sobre quién presenta la política más estricta hacia China, particularmente evidente en las discusiones entre el presidente Biden y Donald Trump, probable candidato republicano para las próximas elecciones.
Una preocupación fundamental para cerca del 50% de los estadounidenses, según los resultados de la encuesta, es limitar el poder y la influencia de China, que se ha convertido en un punto clave de la política exterior de Estados Unidos.
Además, una parte significativa de la población, casi el 81%, tiene una opinión desfavorable de China, manteniendo este fuerte sentimiento de forma constante durante los últimos cinco años.
El reciente aumento del escepticismo hacia China puede atribuirse a diversos factores, como las disputas comerciales iniciadas por EE.UU. en 2018, los orígenes de la pandemia del COVID-19, el cuestionable historial de China en materia de derechos humanos y su creciente alianza con Rusia.
Las cuestiones relativas a las políticas de China hacia Taiwán y Hong Kong exacerban aún más estas percepciones negativas.
Más sobre la encuesta
Demográficamente, la encuesta ilustra una división en las actitudes hacia China, con un 59% de republicanos e independientes de tendencia republicana que ven a China como un enemigo, frente a sólo un 28% de demócratas.
La edad, el conservadurismo político y el pesimismo económico también influyen en estas opiniones, siendo los críticos con la economía estadounidense más propensos a tener percepciones negativas de China.
"Los estadounidenses también ven a China de manera más negativa cuando piensan que su influencia en el mundo se ha fortalecido en los últimos años o cuando piensan que China tiene una influencia sustancial en la economía estadounidense", expresó Christine Huang, investigadora asociada de Pew.