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Kylie McKenzie denuncia agresión sexual por parte de su entrenador y gana $9 millones

McKenzie, de 25 años, se armó de valor para abordar sus traumas anteriores en una demanda presentada en marzo de 2022 en Orlando, Florida.

La USTA deberá pagas a McKenzie por su incapacidad para abordar adecuadamente las acusaciones de agresión sexual contra el entrenador Aníbal Aranda. Foto: (Adriana Zehbrauskas/The New York Times).

En un fallo histórico, la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) debe a pagar $9 millones a Kylie McKenzie, una prometedora jugadora de tenis estadounidense. Este veredicto del jurado se produce tras las duras críticas recibidas por la USTA por su incapacidad para abordar adecuadamente las acusaciones de agresión sexual contra el entrenador de McKenzie, Aníbal Aranda.

Kylie McKenzie denuncia agresiones

McKenzie, de 25 años, se armó de valor para abordar sus traumas anteriores en una demanda presentada en marzo de 2022 en Orlando, Florida. Alegó que Aranda la agredió sexualmente, una experiencia horrible que afectó drásticamente su bienestar mental y su rendimiento en el tenis.

La demanda responsabilizaba tanto a Aranda como a la USTA, acusando a esta última de negligencia grave por no supervisar adecuadamente a Aranda a pesar de las preocupaciones conocidas.

El jurado otorgó a McKenzie $3 millones  en daños compensatorios y $6 millones adicionales en daños punitivos.

Tribunal reconoce el impacto devastador de las agresiones

El tribunal no fue ajeno a las importantes repercusiones que las agresiones tuvieron en McKenzie. Su otrora brillante futuro en el tenis se desvaneció mientras luchaba contra la ansiedad, la depresión y una grave caída de la autoestima. En una conferencia de prensa en 2022, expresó: "Mi confianza y mi autoestima se habían ido", reflejando los profundos desafíos personales y profesionales que enfrentaba.

Un jurado impone una sentencia contundente

Chris Widmaier, portavoz de la USTA, reveló sus planes de apelar el veredicto. Según informó New York Post, Widmaier argumentó que impone una carga irrazonable a las víctimas para denunciar la mala conducta, lo que podría disuadir a otras de hacerlo.

Por parte de la defensa, Aranda ha negado sistemáticamente todas las acusaciones, afirmando su inocencia frente a cualquier irregularidad. Sin embargo, el tribunal respaldó a McKenzie, reconociendo las profundas deficiencias institucionales que la hicieron vulnerable a tales violaciones.

Un llamado a la reforma y a la protección de los atletas

Robert Allard, abogado de McKenzie, criticó duramente el manejo de la USTA de estas acusaciones. Señaló la necesidad de reformas sustanciales dentro de la organización, similares a los cambios de liderazgo en USA Swimming, para erradicar los problemas sistémicos.

"Estoy convencido de que la única forma de garantizar un verdadero cambio en la USTA es llevar a cabo una revisión completa del liderazgo",



declaró Allard.

Al reflexionar sobre su victoria legal, McKenzie compartió sus sentimientos de validación y alivio. Expresó su esperanza de que su éxito en los tribunales inspirara a otras víctimas a hablar en contra de las injusticias, a pesar de las formidables barreras que puedan enfrentar.

La victoria de McKenzie envía un mensaje claro: la negligencia en la protección de los atletas no será tolerada. Se espera que este caso impulse cambios significativos en la forma en que las organizaciones deportivas abordan las denuncias de abuso y protegen a sus atletas.

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