Georgia se enfrenta a manifestaciones de activistas y observadores internacionales que critican la reciente aprobación por su parlamento de un proyecto de ley sobre "agentes extranjeros".
La ley, que obliga a las ONG y a los medios de comunicación con más de un 20% de financiación extranjera a registrarse como agentes extranjeros, provocó protestas y reacciones internacionales.
El Parlamento aprobó el proyecto de ley con 84 votos a favor y 30 en contra, desatando la oposición de líderes de la sociedad civil y ciudadanos que lo consideran una amenaza a la libertad de expresión y asociación.
¿Qué dicen los críticos nacionales?
Nona Kurdovanidze, de la Asociación de Jóvenes Abogados de Georgia, expresó su preocupación: "si el proyecto de ley se convierte en ley, amenaza con socavar gravemente los derechos a la libertad de asociación y de expresión en Georgia".
"La terminología en sí conlleva un estigma, que empaña injustamente la reputación de las organizaciones afectadas al insinuar que son 'traidores' o agentes al servicio de intereses extranjeros... Lo que está sucediendo ahora va más allá de atacar a las organizaciones de la sociedad civil; es un ataque a los valores occidentales"
Añadió Kurdovanidze
¿Por qué el gobierno de Georgia está dando este paso?
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, aseguró que la ley busca "promover la transparencia y la rendición de cuentas de las organizaciones pertinentes frente a la sociedad georgiana".
Expertos sugieren que el partido gobernante opta por esta legislación por motivos internos y geopolíticos, tras desechar un proyecto similar el año pasado.
Una posible explicación es que Bidzina Ivanishvili, un oligarca y fundador del partido Sueño Georgiano, “cree que Occidente está perdiendo la guerra en Ucrania” y está utilizando la ley para tratar de “dar una señal al Kremlin” mientras intenta asegurar una posición en el orden geopolítico regional, dijo Kornely Kakachia, académico y director del Instituto Georgiano de Política.
Las tensiones entre Rusia y Georgia, incluida la guerra de 2008, sumado a la reanudación de los vuelos directos y las críticas de Ivanishvili hacia Occidente, crearon preocupaciones sobre un posible acercamiento de Georgia a Rusia.
¿Qué dicen los socios occidentales de Georgia?
Estados Unidos expresó su preocupación y los líderes europeos viajaron a Tiflis para mostrar su solidaridad con los manifestantes y apoyar las ambiciones de integración europea de Georgia.
Sin embargo, la respuesta de la Unión Europea fue mixta, con Hungría y Eslovaquia discrepando. El jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell: "la adopción de esta ley impacta negativamente el progreso de Georgia en el camino hacia la UE".