Nikki Haley anunció su apoyo a Donald Trump en las próximas elecciones generales de noviembre durante un acto en el Instituto Hudson de Washington.
La excandidata presidencial habló sobre la necesidad de que Trump, candidato oficial del Partido Republicano, se gane la confianza de sus votantes de las primarias.
"Votaré a Trump", declaró Haley, marcando un momento crucial en el ciclo electoral. Sin embargo, subrayó que Trump debe esforzarse por conectar con sus partidarios que le dieron su voto durante las primarias.
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Haley pide compromiso a Trump con sus votantes
"Me atengo a mi discurso de suspensión", señaló Haley. "Trump haría bien en acercarse a los millones de personas que votaron por mí y siguen apoyándome, en lugar de asumir su lealtad automática. Espero de verdad que lo haga".
Hace dos meses, Haley puso fin a su candidatura a la nominación republicana tras los desfavorables resultados del Super Tuesday, pero se abstuvo de respaldar inmediatamente a Trump.
El aplazamiento del respaldo de Haley la sitúa quizá como la republicana de más alto perfil en mostrar diferencias a la hora de respaldar a Trump tras las primarias. Su salida de la carrera presidencial llevó directamente a una declaración del presidente Joe Biden, elogiando su valentía para desafiar a Trump.
"Donald Trump dejó claro que no quiere a los seguidores de Nikki Haley. Permítanme ser claro: hay un lugar para ellos en mi campaña", comentó Biden después de que Haley suspendiera sus actividades de campaña.
Trump había lanzado una advertencia en enero
A finales de enero, Trump declaró que se prohibiría permanentemente a los donantes de Haley contribuir a su campaña Make America Great Again.
Desde su salida de la contienda, Trump se ha abstenido de atacar a Haley, pero tampoco le ha hecho gestos públicos de buena voluntad como a otros rivales derrotados, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Diferencias dentro del GOP. El respaldo de Haley podría unificar a ciertas facciones dentro del Partido Republicano y, al mismo tiempo, poner de relieve las continuas tensiones entre Trump y partes de la base del partido.
