Un deslizamiento de tierras en la provincia de Enga, en Papúa Nueva Guinea, sepultaron potencialmente a más de 2.000 personas, afectando drásticamente a la comunidad antaño próspera enclavada en la base del monte Mungalo.
A primera hora del viernes, las casas y los residentes fueron engullidos por toneladas de escombros al ceder una parte importante de la montaña.
El gobierno de Papúa Nueva Guinea, enfrentado a la magnitud del desastre, lanzó una petición urgente de ayuda internacional.
Muertos en Papúa Nueva Guinea tras derrumbe que sepultó a miles de personas
La cifra oficial de muertos contrasta fuertemente con las estimaciones iniciales de Naciones Unidas que situaban el número de posibles víctimas mortales en torno a las 670 personas.
De momento, sólo se recuperaron seis cadáveres en medio de los incesantes esfuerzos de búsqueda.
En una carta dirigida al coordinador residente de la ONU, el director en funciones del Centro Nacional de Desastres subrayó la destrucción generalizada provocada por el corrimiento de tierras.
Daños a infraestructuras en Papúa Guinea
El desastre diezmó edificios, parcelas agrícolas vitales y perturbó gravemente las actividades económicas de la región.
La carta destacaba además el bloqueo completo de la carretera principal que conduce a la mina de oro de Porgera, una arteria crítica para la economía local.
El método por el que los funcionarios llegaron a la cifra actualizada de víctimas sigue sin estar claro, lo que ha contribuido a que las estimaciones fluctúen tras el corrimiento de tierras. No obstante, la acuciante necesidad de ayuda es indiscutible.
Australia movilizó recursos para apoyar con operaciones de rescate
En respuesta, Australia está movilizando importantes recursos para apoyar las operaciones de rescate y socorro en Papúa Nueva Guinea.
El ministro australiano de Defensa, Richard Marles, indicó que se estaban preparando capacidades de transporte aéreo y posibles equipos adicionales, a la espera de nuevas conversaciones con sus homólogos de Papúa Nueva Guinea.
El compromiso forma parte de una estrategia más amplia de Australia para reforzar los lazos humanitarios y de defensa con su vecino más próximo en medio de los crecientes desafíos regionales.